Veneno #7 (#55)

Veneno #7-8 (#55-56): Puedes huir, pero no esconderte

Veneno #8 (#56)«¡No se hace porque eres un mocoso asustado que se cree que quiere ser Spiderman!«

 

Doble ración de Veneno y nueva alternancia entre sus dos guionistas al cargo. Ram V se ocupa del Veneno #7 (#55) que puso Panini a la venta en agosto y Al Ewing regresa para ocuparse del número de septiembre de la colección. Los saltos entre ambos creativos, pese a mis miedos iniciales, están funcionando bastante bien y nos encontramos con que hay dos historias paralelas muy diferenciadas en cuanto a sus escenarios, protagonistas y actores secundarios, pero que comparten un tenue hilo conductor común que, a la larga, ha de hacerlas confluir en una sola (ya veremos entonces quién se ocupa de escribir eso, aunque tengo mis sospechas y éstas apuntan al que menos ocupado parece a día de hoy…).

 

En Veneno #7 (#55) continuamos donde lo dejamos el mes anterior. Dylan se ha escondido en un viejo bar de moteros con la esperanza de pasar desapercibido y esquivar así a quienes les persiguen a él y a los simbiontes que lo acompañan. Sin embargo, la propia ansia del joven por convertirse en el héroe que ve en su padre lo arroja a una batalla contra bandas rivales de moteros que muy pronto deriva en lo que ya sabíamos que tenía que ocurrir: el simbionte Locura lo encuentra y comienza la pelea más salvaje que el chaval haya mantenido hasta la fecha. Reflexionan desde Panini al final de este número que uno puede huir de los problemas que le acosan, pero jamás logrará esconderse tan bien como para que no le acaben encontrando. Estoy muy de acuerdo con ello, pero hay que tener en cuenta que el pobre de Dylan (por más experiencias cercanas a la muerte que haya vivido hasta ahora) no deja de ser un adolescente que se asusta ante la malicia de quienes le persiguen y trata de esconderse como alternativa a morder el polvo en una pelea que no se siente preparado para superar.

 

«Es la forma en la que está plantado. Desenfadado, tranquilo, preparado«

 

Algo parecido pasa con Eddie en Veneno #8 (#56). Al protagonista de la parte que escribe Ewing le surge la oportunidad de escapar de la cárcel que ha sido construida para él en el final de los días, pero su huida no hace sino enfrentarle a nuevos problemas… que al final resultan tener muy poco de nuevos. Eddie tiene bastante más experiencia que su hijo, sí, pero lo cierto es que mantenerlo encerrado a uno no hace que las oportunidades de enfrentarse a los problemas sean muchas. A veces escapar es la única respuesta, aunque ésta suponga saltar del caldero para caer en las brasas. Porque desde las brasas siempre estaremos a un salto menos de distancia de nuestra libertad.

 

Veneno #7 (#55)

Veneno #7 (#55)

 

Tenemos pues dos números que se complementan tan bien como lo están haciendo hoy en día sus respectivos autores. Veneno se adentra cada vez más en terrenos desconocidos que a buen seguro descolocarán a los lectores más fieles de este antihéroe marvelita, pero que a buen seguro van a servir para profundizar en el significado de su existencia a la vez que agrandan su galería de villanos y su universo propio de personajes, dioses, leyes y poderes. me está gustando lo nuevo de Veneno y ahora simplemente me gustaría ver hacia dónde se dirige cada una de sus tramas. Porque tanto Eddie como Dylan están encarnando a dos versiones nunca vistas del Protector Letal. Y enfrentarse a lo nunca visto es siempre un regalo para los aficionados al cómic.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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