La etapa de Nathan Edmonson y Phil Noto al frente de las aventuras de la vengadora Viuda Negra fue una de las más aplaudidas de la primera fase de Marvel Now! y, como tantas otras series, tuvo que echar el cierre ante el fin del universo marvel tradicional. Con un nivel artísrico sobresaliente -y que Noto no ha llegado a repetir en Poe Dameron, en el entorno Star Wars-, aquella etapa trabajaba en profundidad la psique de su protagonista, lograba que nos pusieramos en su piel y sufrieramos como ella con sus demonios.

Mark Waid y Chris Samne, en esta nueva temporada, tenían ante sí una dificilísima tarea, si no la de hacer olvidar a sus predecesores, sí llegar al punto de evitar las comparaciones. Y con un relato de ritmo trepidante, digno de los buenos thrillers de espionaje, lo han conseguido. Ya venían de una muy aclamada etapa en Daredevil y ahora, con Samne asumiendo las funciones de co-guionista (además de las de dibujante), buscan sacarle todo el pontecial al medio sin renunciar al clasicismo propio del género en el que se acopla su historia.

Así, la narrativa visual cobra una enorme importancia, con secuencias de gran dinamismo en las que Samne traslada toda la emoción de una persecución, por ejemplo, sin necesidad de acudir a la ayuda de diálogos o cuadros de texto más que lo imprescindible. En este sentido, se puede entender esta nueva etapa de Natasha en solitario como una etapa continuista, al menos en intenciones y tono. La imagen sigue siendo uno de los mayores activos, y la trama, que se va complicando a medida que nos metemos en la conspiración que toca, sigue la estela de los referentes actuales de los relatos de espionaje.

Resulta interesante también como Waid y Samne tejen la historia yendo adelante y atrás en el tiempo, rescatando secretos de la misma infancia de su protagonista para apelar a su faceta más emocional. Es a través de estos recuerdos -y no de los clásicos monólogos internos de narrador(a)- como conocemos a Natasha y nos sumergimos en su mundo. La dupla creativa de esta colección huye del camino fácil y aunque su relato tenga una apariencia sencilla, está dispuesto con mucha inteligencia. Edmonson y Noto tienen un excelente recambio.