X-Force #21: Reinado de X

X-Force #21. Reinado de X: Una breve pausa para vendar las heridas

X-Force #21: Reinado de X«Cuando el universo quiera darte una paliza… tú se la devuelves«

 

Último número. Bueno, más o menos. Último número hasta que la serie regrese con el mismo equipo y la misma trama de fondo allá por el mes de agosto. X-Force se une al exclusivo grupo de colecciones que se salvan de la ‘quema’ que va a suponer el final de Inferno y lo hace porque Benjamin Percy se ha ganado la continuidad de la colección y porque ha dejado tal cantidad de cabos sueltos que no merece la pena cambiarle el nombre sabiendo que las historias van a seguir siendo las mismas, pero en un contexto un tanto diferente (para el que las X Vidas y las X Muertes de Lobezno también traerán cambios).

 

Continuamos en esta entrega justo donde lo dejamos el mes pasado. Con Quentin Quire destrozado por su ruptura con Phoebe y Lobezno siendo embaucado por la líder de unos ladrones de bebés (el.mejor.equipo.de inteligencia.de.la.historia). El número de este mes se dedica a analizar las consecuencias inmediatas sobre el Chico Omega de su corazón roto y a lanzar a la CIA mutante en pos de los secuestradores a la vez que tratan de lidiar con sus sentimientos (un día más en la oficina mutante). La trama, como os comentaba más arriba, queda bastante abierta, pero lo interesante de esta entrega no está en el robo de bebés X (que, a ver, es un drama, pero ya resolveremos más adelante), sino en comprobar hacia dónde dirigirá sus pies Quire ahora que el suelo bajo los mismos comienza a tambalearse.

 

«Para ti es fácil decirlo; tienes gente a quién le importas«

 

Para ello merece la pena volver diez años atrás en el tiempo. Allá por 2012, justo tras el Cisma mutante, en la denominada Regénesis, Lobezno se puso al frente de la escuela de Charles Xavier (la escuela Jean Grey en aquel momento) y trató de alejar a sus alumnos del camino de la guerra por el que sí parecía dispuesto a transitar Cíclope. Uno de estos alumnos fue el propio Quire, que (aunque ya las había liado pardísimas en el pasado) acababa de llegar a una nueva cota de estupidez al convertirse en el terrorista más buscado de la Tierra después de infiltrarse en una conferencia de líderes mundiales y haberles obligado a revelar sus más oscuros secretos ante todo el mundo. Durante toda la etapa de Jason Aaron al frente de esta Lobezno y la Patrulla-X, la relación entre el Chico Omega y el mutante de las garras de adamántium se fue cimentando y al final de la misma, y tras una conversación especialmente profunda con Xavier, pudimos adivinar una cierta maduración en el personaje. Maduración que, desgraciadamente, ninguno de los autores posteriores a Aaron juzgó imprescindible para sus historias.

 

X-Force #21: Reinado de X

X-Force #21: Reinado de X

 

Hasta que ha llegado Percy. El guionista de esta iteración de X-Force ha decidido retomar la transformación del rebelde sin causa de pelo rosa allí donde la dejó el actual guionista de Los Vengadores y llevarla más allá. El Quentin Quire que hemos visto en esta serie y que se ha enamorado de una de las hermanas Cuco ha sido capaz de enfrentarse a los fantasmas de su pasado y salir victorioso y, aunque ahora suspire con el corazón roto, se adivina en él la chispa del hombre que siempre estuvo destinado a ser. Mil millones de aplausos a Percy por ser capaz de tomar la decisión de hacer avanzar al personaje. Son decisiones como ésta las que nos permiten hoy en día disfrutar de personajes como Kitty Pryde. Nunca lo olvidemos.

 

No podía cerrar este artículo sin pasar un momento por el detalle de la conversación que mantienen Quire y Jean Grey a propósito de las quintillizas de Emma Frost. Grey trata de animar al chaval y, ya de paso, le cuenta a nuestro protagonista que la relación de codependencia que se ha establecido entre las cinco clones no puede ser más tóxica y perjudicial para cada una de ellas. Veremos el peso que tienen estas palabras en la trama, pero desde la redacción no podíamos estar más de acuerdo con Jean.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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