«Los humanos van a por nosotros, necesitamos plantarles cara«

La nueva normalidad mutante lleva aparejada a sí misma un ciclo de muertes y resurrecciones que cambia de manera radical la manera de contar historias dentro del universo de los homo superior. Cuando antes Charles Xavier enviaba a sus alumnos a alguna misión siempre teníamos el miedo de que Cíclope, Bestia o, quizás, el Hombre de Hielo perecieran a manos de cualquiera de los muchos enemigos que buscaban la destrucción de la Patrulla-X. Ahora ya no existe ese miedo, sino que tenemos la certeza de que en muchas de las misiones de cualquiera de los diferentes equipos mutantes van a ser asesinados uno o varios de sus miembros. Es lo que ocurre cuando la muerte deja de ser un obstáculo.

Jonathan Hickman simplemente ha jugado con un concepto que llevaba ya muchos años en boca de todo lector de cómics norteamericanos. Los personajes de esta editorial (Lobezno, Xavier, Jean Grey…) o los de la Distinguida Competencia (¿cuántas veces ha caído Superman desde que muriera en los ochenta por primera vez?) mueren y vuelven de entre los muertos con tanta facilidad que casi parece una filosofía de puertas giratorias como la que lleva décadas funcionando entre nuestros políticos corruptos. El autor que coordina actualmente todas las series con gente X sólo lo ha llevado un paso más allá, oficializando la ‘inmortalidad’ de los héroes y villanos como un paso previo a otra serie de reflexiones que, necesariamente, han de llegar acompañadas a este cambio de paradigma y de dinámica.

«Soy demasiado simpático como para hacerlo«

Sin embargo, lo que parece una nueva fortaleza para los mutantes tiene que terminar por convertirse en su principal talón de Aquiles. ¿Qué ocurre si los hombres y mujeres X se acostumbran demasiado a la ‘red de seguridad’ que supone su confirmada resurrección? ¿Qué pasará si un día este mecanismo falla y la muerte vuelve a caer como una losa sobre unos ahora descuidados héroes? O peor aún, ¿qué es lo que acontecerá en el momento en el que este ritual sea copiado (más bien secuestrado) por los enemigos de la nación mutante de Krakoa? Todos nos regocijamos al ver como Lobezno o Cíclope vuelven a la vida tras sacrificarse una y otra vez por sus congéneres, pero no estaríamos tan contentos de ver a una sucesión interminable de Matanzas, o de Cráneos Rojos.

X-Force #3: Amanecer de X

Reflexiones aparte, Benjamin Percy me ha vuelto a conquistar. El que fuera guionista de una más que estupenda etapa de Green Arrow para DC ha sabido capturar la esencia de X-Force para embotellarla en la presente colección. Hay en las páginas de este cómic parte del espíritu de la Fuerza X de Rick Remender que me flipara hace ahora unos seis años. Y eso es una gozada, porque el grupo de choque de los mutantes llevaba dando bandazos tanto tiempo que lanzarme a por cada una de sus nuevas iteraciones se había convertido en una suerte de masoquismo que en esta redacción no se terminaba de comprender. Y es que me encantan equipos como éste (o como el del Escuadrón Suicida en la otra gran editorial norteamericana), grupos dispuestos a mancharse las manos para conseguir un bien mayor y que luego han de convivir con las consecuencias morales de las difíciles decisiones que toman, pero desde hace ya unos cuantos años, muchos autores han confundido esto con una excusa para poner a muchos héroes y villanos a desmembrar enemigos, sin nada sólido por detrás que lo sustentase. Por eso Percy es hoy una gran noticia para gente como yo, porque está escribiendo algo con sentido en medio de esta orgía de sangre y vísceras.