20th Century Boys #10

20th Century Boys #10: Se baja el telón

20th Century Boys #10«¡No se puede tocar dos veces la misma cosa! ¡Cada vez se crea una canción nueva!«

 

Publicamos la primera reseña de la reedición de 20th Century Boys en octubre de 2017. Han pasado dos años casi sin que nos demos ni cuenta y ya estamos a las puertas del final de esta sensacional obra con la que Naoki Urasawa tuvo en vilo a sus fans entre 1999 y 2006. La serie comenzó siendo un thriller que combinaba con sabiduría escenas del costumbrismo japonés de finales de los años 60 y principios de los 70 del siglo pasado con una trama apasionante que mezclaba los juegos de niños con los tejemanejes de una emergente secta en los últimos estertores del siglo XX. De ahí pasó a convertirse en otro tipo de thriller, uno que serpenteaba por los bajos fondos de una sociedad que se asomaba al abismo sin ser plenamente consciente de ello y que ponía a sus verdugos en puestos de poder convencida de que, en realidad eran sus salvadores.

 

Termina la serie con una nueva transformación, que nos lleva a un momento post-apocalíptico de la humanidad en el que las mentiras de ‘Amigo‘ ya se toman como verdaderos dogmas de fe y una humanidad en las últimas trata simplemente de sobrevivir al día a día mientras que los villanos de esta historia se preparan para bajar el telón de la gran comedia que comenzaron a desarrollar casi dos décadas atrás y los últimos supervivientes del movimiento de resistencia que creció a su sombra se esfuerzan por tratar de evitar el plan final que arrasará con lo poco de vida que queda en nuestro planeta. Vuelve en esta etapa a haber misterios por resolver y flashbacks que nos llevan tanto a las infancias de nuestros protagonistas como a momentos pasados de la historia de este manga, vistos ahora a través de los ojos de nuevos personajes.

 

«¿Qué es ser verdadero?«

 

Recuerdo la revelación que se nos hace entre este volumen y parte del anterior (la de la identidad del amigo de 2015) como una de las cosas que me desagradaron en la primera lectura que hice del manga hace ya más de diez años. Y es que no es fácil lidiar con un cambio de cromos del calado del que propuso en su momento Urasawa. Es como si uno leyera al Drácula de Bram Stoker y, a mitad de la trama, el rey de los vampiros se retirara y uno de sus lacayos asumiera su papel y su legado. Dicho de otro modo, en un shonen o en un cómic americano estamos más acostumbrados a ver desfilar a diferentes villanos frente a los protagonistas, pero el autor de Monster quiso aquí jugar a un nuevo juego y nos propone el concepto de que importa más la idea del villano que la identidad del propio personaje. Es una manera de enfrentarse a la historia arriesgada, pero que creo que en esta nueva lectura estoy comenzando a disfrutar de verdad. En el fondo, casi desde el primer tomo, Urasawa nos vino a decir que lo importante no era ‘Amigo‘, sino la peligrosa organización que monta a su alrededor y, sobre todo, la angustiosa desidia humana que permite que ésta prospere y termine accediendo al poder.

 

20th Century Boys #10

20th Century Boys #10

 

Se acerca el final de la historia (de hecho, el último tomo se ha publicado justo este mes de noviembre de 2019) y con él llegará el final de una trama que ha abarcado más de cincuenta años, nostálgicas miradas al pasado, incisivos análisis del presente y oscuras previsiones para un futuro que ya hemos dejado atrás, pero que se podría cumplir en cualquier momento si bajamos la guardia. Naoki Urasawa es uno de los mangakas más interesantes que ha dado el seinen japonés y son, quizás, experimentos tan atrevidos como el que he expuesto líneas arriba los que le han permitido convertirse en un referente y revolucionar la manera de contar historias, hasta el punto de alcanzar el reconocimiento internacional con la traducción de sus mangas en una veintena de países así como el paso de los mismos al anime (con Monster) o a las películas de acción real (las tres que recopilan la historia de 20th Century Boys). La edición que nos ha traído Planeta hace justicia a un cómic que debería ser de obligada lectura.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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