Green Valley

Green Valley: Por la gloria de Max Landis

Green Valley«¡Parecen unos verdaderos hideputas!«

 

Comencemos con una especie de disclaimer. No creo que en La Noche Americana haya nadie que apoye alguna de las tonterías que Max Landis ha dicho en ciertas entrevistas (aunque luego haya confesado estar borracho) del mismo modo que, de confirmarse, ninguno apoyaríamos a este guionista por sus casos abiertos de agresión sexual que el año pasado comenzaron a destaparse. Pero ocurre una cosa, uno puede ser un genio para una cosa y un monstruo para la sociedad. Mirad a Orson Scott Card, un tipo de opiniones claramente homófobas y conservador hasta el tuétano que, sin embargo, le regaló al mundo la irremplazable novela de El Juego de Ender. Landis, aparte de contar con la ventaja de partida de ser el hijo del director de Desmadre a la Americana (Animal House, 1978), lleva una década destacando en sus labores como guionista con películas como la fabulosa Chronicle y cómics como el no menos alucinante Superman: American Alien. Como persona igual no le invitabas a comer a casa, pero como creativo no tiene precio. Un tipo complicado, sin duda alguna.

 

Y la cosa es que lo ha vuelto a hacer. En su última incursión en el mundo de la viñeta (en 2015) nos dejó con uno de los acercamientos a Superman más sinceros, hermosos y emocionantes de cuantos recuerdo. Ahora, de la mano de Image Comics (Planeta en España), cambia completamente de tercio para darnos su propia versión de las gestas de caballeros medievales y, mira tú por donde, vuelve a dar en el clavo. Green Valley no es el colmo de la originalidad (ya hemos visto cosas parecidas antes), pero cómo está contada y cómo se desenvuelven sus personajes son los dos detalles que la hacen única y una obra más que colocar junto a las importantes de nuestra librería.

 

«¿¡De qué diablos está hablando!?«

 

Sin revelar la trama, diremos que Landis mezcla en este cómic los géneros de la caballería y la ciencia ficción. Pero al hacerlo (y precisamente cuanto más presente está la segunda) logra una perfecta historia clásica de caballeros, magos, dragones y aldeas en peligro. Dicho de otro modo, llega un punto en que da un poco igual de donde vengan los mal llamados dragones o de dónde extraiga su magia el villano de la aventura: lo importante de verdad es la historia alrededor de cuatro caballeros venidos a menos que tienen la oportunidad de vivir una última gran aventura. Hay espadas, hay batallas imposibles y camaradería a la luz de la hoguera, es decir, todo lo que le pediríamos a una historia de este estilo, pero con un embalaje nuevo y sorprendente.

 

Green Valley

Green Valley

 

Ayuda también que al dibujo esté Giuseppe Camuncoli (con trabajos tan variopintos como Hellblazer o Spider-Man). Su arte hace del genial guión de Landis una obra digna de disfrutar con los ojos. Buscando con qué ilustrar este artículo me he tenido que refrenar para no utilizar algunas de las mejores ilustraciones por aquello de no soltaros un tremendo spoiler, pero habréis de creerme cuando os digo que el dibujo le hace justicia al guión al que acompaña.

 

Para redondear el asunto, Planeta trae una excelente edición en cartoné que viene acompañada de una pírrica pero ilustrativa galería de portadas. Todo ello por algo menos de veinticinco eurillos. Casi nada para la colección de nominaciones a los Eisner que se da cita para pergeñar esta historia.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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