Uzumaki

Uzumaki: Juego de espirales

UzumakiDe Junji Ito hemos hablado largo y tendido en la revista gracias a obras como Tomie o Black Paradox (ambas de ECC Ediciones). Es un autor con unas señas identitarias muy marcadas, con obsesiones constantes que ha ido desarrollando en toda su obra. Una de sus cimas es Uzumaki, largo tiempo fuera de circulación que ahora reedita Planeta Cómics en un imponente tomo en tapa dura que recoge íntegra esta terrorífica y desconcertante historia.

 

Uzumaki nos lleva hasta el pequeño pueblo de Kurouzu que, por circunstancias que escapan a la comprensión de sus habitantes, es presa de una maldición, la maldición de las espirales. Y es a través de Kirie y su novio Shûichi como vamos conociendo las «formas» que va tomando la maldición en distintos puntos de la localidad.

 

La estructura que sigue Junji Ito en esta voluminosa obra (656 páginas) es muy similar a la que utiliza en buena parte de sus escritos. Partimos de un misterio inabarcable que se trocea y se va elaborando en pequeños capítulos autoconclusivos que conforman un enorme prisma, permitiendo observar dicho misterio desde la mayor cantidad de enfoques posibles. Aquí, Kirie y Shûichi se van dando de bruces con diferentes manifestaciones de la maldición de las espirales y buscan la forma de combatirla o huir de ella. Imaginad teleseries como Expediente X en las que cada episodio seguía el esquema del «monstruo de la semana», pero de fondo se desarrollaba una trama más larga. Uzumaki funciona exactamente igual. Asistimos a pequeños y terroríficos encuentros de nuestros protagonistas con las espirales, mientras que en un segundo plano se van dejando pistas del terrible mal, que en un momento dado toma el protagonismo absoluto de la historia.

 

Junji Ito se desata en esta obra, con imágenes no aptas para todos los públicos. Conceptos como el de los caracolenses llegan a ser muy angustiosos. Pero Ito no se queda solo en la provocación o el morbo. Estos sentimientos catalizan los temas que trata la obra y las críticas que hace el autor a las enferemedades de nuestra sociedad: la envidia, el ego desmedido o la avaricia. Estas actitudes nos convierten a nosotros mismos en espirales de autodestrucción.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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