The Boy Behind the Door

18 Muestra Syfy. Día 4: Contando hasta diez

Da igual lo que os contemos por aquí acerca de la Muestra Syfy de Cine Fantástico. No importa lo bien que os vendamos sus virtudes, su amplio (en este caso diecisiete más tres cortos) catálogo de películas de género. Apenas tiene relevancia lo mucho que os repitamos lo bien que se lo pasa uno a lo largo de estos cuatro días de desenfreno cinematográfico. Al final, sois vosotros quienes debéis probarlo en vuestras carnes. Atreveros a probar el viaje al universo de la locura que es la sala uno del Palacio de la Prensa en la madrileña plaza de Callao y ver por vosotros mismos lo que es entrar en una especie de comunión idiota que lleva a la gente a un estado de risa perpetuo a la vez que se disfruta y se respeta al buen cine de terror y de ciencia ficción.

 

Hoy cerramos la decimoctava Muestra y lo hemos hecho por todo lo alto. Quizás no con las mejores películas de todos los tiempos, pero sí con uno de los públicos más entregados a la diversión y más a favor de que todo funcionara como debía. Ha sido una gozada disfrutar de estos cuatro días. La Muestra no puede, como ha llegado a desear Leticia Dolera (y con ella muchos de nosotros), durar todo un mes, pero estas breves islas de buen rollo y buen cine se agradecen y mucho en medio de la época de tensión y mala sangre que estamos viviendo.

 

Así que, sin más, vamos a ver cuál ha sido el programa de este último día de festival:

 

Marmaduke (Mark A.Z. Dippé, 2022)

 

Lo cierto es que el día ha comenzado regular. Pese a que se han entregado regalitos jurásicos aquí y allá. El Syfy Kids de este año ha sido el peor, con gran distancia, de los que recordamos. Marmaduke está mal animada (los líquidos están al nivel de los años 90 en el mejor de los casos), mal diseñada (los personajes a veces dan, directamente, mal rollo), mal dirigida (Dippé viene de la peli de Spawn, perdón, de la «peli» de Spawn) y hasta mal escrita (¿cómo puede ser que no funcione prácticamente ni un chiste en una comedia?) y tira de lo escatológico para hacer reír y de los estereotipos ligeramente racistas para desarrollarse. Falla a tantos niveles que ha sido un fracaso en su país de origen y aquí le espera otro poco de lo mismo. Terrible.

 

Marmaduke

En muchos países irá directa a Netflix… para desgracia de Netflix

 

Night Raiders (Danis Goulet, 2021)

 

La sesión de la siesta nos tenía preparada una pequeña sorpresa producida por el inclasificable Taika Waititi (sí, saca tiempo hasta para producir títulos de terceros). Danis Goulet debuta con un drama distópico que reivindica la lucha de los pueblos indígenas canadienses, aunque es terriblemente fácil mirar un poco más abajo y pensar que el vecino del sur, EEUU, como objeto de la crítica. En un futuro nada halagüeño, los niños son propiedad del Estado y son «educados» siguiendo los preceptos fascistas de turno. En estas, una madre lucha por rescatar a su hija y, de paso, cumplir una profecía del pueblo cree. La idea central es interesante y plantea algunas reflexiones certeras, pero presenta algunos conceptos que no pegan ni con cola en la propuesta y está narrada con una laxitud que en no pocas ocasiones juega en contra de la tensión que requiere.

 

Night Raiders

Esta imagen podría muy bien no ser de ciencia ficción

 

The Boy Behind the Door (David Charbonier y Justin Powell, 2020)

 

La cosa se ha comenzado a calentar para bien entre el público con el filme de Charbonier y Powell que, aunque funciona bastante bien en términos de tensión y empatía con sus protagonistas, falla a la hora de dotar a los mismos (y a los villanos) de un pensamiento lógico y coherente. Estamos hablando de una cinta que nos propone un secuestro de dos críos como vehículo para mostrarnos uno de los lados más sórdidos del alma humana y ponerlo a palidecer ante la amistad de dos críos que luchan por sobrevivir ante unos adultos innegablemente mejor preparados que ellos. El tema es que los continuos errores de Bobby (Lonnie Chavis) o del personaje de Kristin Bauer van Straten han hecho que el público de la Muestra termine tomándose todo el asunto a cachondeo, con continuos gritos a unos y a otros tratando de hacerles rectificar y con aplausos y algarabía cada vez que alguien hacía lo que se debía de hacer. Una maravilla para los habitantes de la sala uno.

 

The Boy Behind the Door

Bobby: ese genio intermitente

 

The Cellar (Brendan Muldowney, 2022)

 

Con el público ya ciego de extasis syfero, The Cellar nos pareció mucho mejor de lo que realmente es. Elisha Cuthbert se enfrenta a una casa encantada amante de las matemáticas y con un fetichismo muy acentuado por contar escalones. Sin ser una película especialmente sorprendente -quien conozca el subgénero podrá predecir muchas de las etapas por las que pasa la historia-, resulta convincente. Es una lástima que el director se guarde sus mejores trucos para el último acto. Cuando muestra un atisbo de originalidad y se desprende de los clichés de las casas encantadas nos quedamos sin tiempo y llegan los títulos de crédito.

 

The Cellar

1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y… 10!!!

 

Virus:32 (Gustavo Hernández, 2022)

 

Después de sufrir su No dormirás, escuchar el nombre de Gustavo Hernández nos producía ciertos escalofríos. Un miedo que se materializó en la despedida de una de las ediciones de la Muestra Syfy que más hemos disfrutado. Mientras que Black Phone puso el listón altísimo, el cierre de la edición nos ha dejado fríos como un cadáver. El director uruguayo nos presenta un título de zombis (bueno, «infectados») que se pasa de frenada en su obsesión por querer ofrecer algo diferente dentro del género. Las reglas que se impone son tan absurdamente estrictas y concretas que le es imposible respetarlas, saltándoselas al primer escollo que se encuentra. Así pues, no busquéis verosimilitud alguna en un título muy tramposo y que se sobrestima demasiado.

 

Virus:32

Quédate bien con la lección Tata… Por si acaso

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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