La primera jornada de la 66 edición del Festival de San Sebastián se ha presentado cargada de películas aunque no del todo satisfactorias. En mi caso he podido ver las dos primeras películas de Sección Oficial: El amor menos pensado y The Innocent y otras dos de la sección Perlas: Asako I & II y 3 Caras.
El amor menos pensado, de Juan Vera
Se suele decir que las películas inaugurales de los festivales de cine tienden a ser bastante flojas, y esta vez no ha sido una excepción. El amor menos pensado es el debut a la dirección del argentino Juan Vera. Una comedia romántica (o antirromántica) protagonizada por Ricardo Darín y Mercedes Morán sobre la crisis de los 50 en el matrimonio. Aunque el público parece que la ha recibido con gusto (las risas se escucharon durante toda la película) es necesario advertir que esta es una película para gente a punto de entrar en la tercera edad. No hay nada destacable dentro de su formalismo y el uso de los «clichés» mas básicos del género. Una comedia plana y aburrida perfecta para señoras.
The Innocent, de Simon Jaquemet
Esta película es bastante indescriptible ya que creo que nadie sabe muy bien que decir sobre ella. Todo resulta un desvarío detrás de otro en el que ni el propio director sabe muy bien que quiere contarnos. Quizá existe un mensaje muy potente detrás de esas escenas, pero lo que nos llega a los espectadores es un desconcierto no muy satisfactorio y a ratos ridículo. Ese plano final con un mono como protagonista sacó una carcajada a toda la sala.
Asako I & II, de Ryusuke Hamaguchi
La sección de Perlas ha empezado con la japonesa Asako I & II, que viene directamente de la Sección Oficial de la pasada edición de Cannes. Asako tiene un punto de partida como si de una novela de Haruki Murakami se tratase pero que a los pocos minutos empieza a volverse algo convencional y muy azucarada. No se si el director buscaba la comedia, pero varias escenas dramáticas han producido más carcajadas de lo que debían. De todos modos es una película que no molesta, se deja ver aunque no deja ningún poso.
3 Caras, de Jafar Panahi
Y aquí llegó el salvador del primer día. La nueva película de este director iraní tan especial es una pequeña joya. Una historia sencilla y a la vez tremendamente complicada (recordemos que es un director que tiene prohibido hacer películas y salir de su país) que te atrapa hasta su último plano. Panahi tiene un don para contar historias con poquísimos elementos y hacerlas atractivas e interesantes. Como colofón hay que destacar que es la primera película del director con un uso de la luz muy cuidado. Después de ver 3 Caras Jafar Panahi se convierte en una de las personalidades que más respeto dentro del cine.
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