Bumblebee

Bumblebee: Mi amigo el robot

Pocas afirmaciones pueden generar un consenso tan mayoritario en la cinefilia como cuando se habla de la paupérrima calidad de la saga Transformers maquinada por Michael Bay. Lo que empezó siendo un blockbuster veraniego acabó degenerando en una de las sagas más nefastas del cine moderno, cuyos espectadores iban más a ver que barbaridades y salvajadas se le habían ocurrido a su autor, antes que a ver como seguía la historia de estos robots alienígenas, corrompiendo mucho la imagen del producto original de cara a nuevas generaciones.

 

 

Este Bumblebee es un spin-off de la franquicia centrado en la llegada a La Tierra del popular robot amarillo y su relación con una adolescente que se lo encuentra en forma de coche. Una relación monstruo-niño muy similar a la de obras como E.T. El extraterrestre El gigante de hierro. 

 

La verdad es que la franquicia, si quería ser tomada medianamente en serio, necesitaba un soplo de aire fresco como Bumblebee, que se convierte en una película ochentera y olvida los ejercicios de pirotecnia de Bay. El problema, como en muchas de estas películas de los 80, es su superficialidad; y es que aquí apenas se profundiza en los personajes más allá de la protagonista y que, al final, te das cuenta de que todo está al servicio del canon. Mientras que prácticamente todo el metraje la cinta quiere ser algo agradable, naif, tierno y bonito, cuando se llega al clímax y vuelven las explosiones y los saltos imposibles, se echa mucho de menos esta primera parte más familiar. No es que desentone, desde que entras a la sala sabes que acabará pasando, pero si que quita un poco la sensación dulce que tiene el resto de la cinta.

 

Hailee Steinfeld y Bumblebee

 

Se agradece mucho la dirección de Travis Knight, que evita el exceso de planos por segundo y trabaja en un acertadísimo 1:85, que otorga a la imagen un curioso aspecto que puede recordar a un cómic. Sabe muy bien que quiere que haya en cada plano de la película, sabe como mover la cámara para no abrumar, generar dinamismo y, sobre todo, cuida mucho el sonido para que sean más que hierros rompiéndose y descontroladas detonaciones.

 

Quizás en lo que flojee sea en la dirección de actores de reparto porque parece que sólo es capaz de centrarse en su protagonista Hailee Steinfeld -que está maravillosa-, quedando así muy desdibujados los personajes de su entorno (especialmente la familia) quienes parecen darle igual. Evidentemente la saga Transformers no se caracteriza por grandes personajes, pero ya que aquí se ha hecho algo tan diferente y humanizado se podría haber elaborado un poco más.

 

En definitiva, Bumblebee es una reinvención muy válida pero que llega muy tarde. Va a ser difícil que muchos espectadores se animen con una saga que ya aburría a las ovejas y convencerles de este cambio de tono porque mientras que las películas originales eran una excusa para ver explosiones y chicas hiper sexualizadas, Bumbleebee apuesta por algo más humano y familiar.

Acerca de Alex Manzano

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Cine, arte y tebeos. Amarás el musical sobre todas las cosas. John Cameron Mitchel es mi dios. Si quieres encontrarme, busca en mi habitación. Si no, en cualquier rincón de Madrid.

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