Cuando salió la primera entrega de Gru: Mi villano favorito fue una grata sorpresa. Una sorpresa donde la diversión estaba garantizada y los adorables Minions se comían todo el pastel de la cinta. Además, era una cinta donde su historia estaba entendible para todo el mundo que incluso siendo el villano puedes llegar a ser el héroe. Con todo esto, Dreamworks había encontrado una nueva gallina de los huevos de oro que haría las delicias de todo el mundo. Así hemos tenido tres películas más de Gru y dos cintas de los Minions en solitario. No voy a negar que todas estas cintas tienen su gracia, pero pierden todo el factor sorpresa y lo que hizo especial a Gru. Ahora, Gru 4: Mi villano favorito es una suerte de fin de saga (por favor) y que intenta unir a toda la saga de Mi villano favorito en una. El resultado es una cinta que no hacía ni pizca de gracia y que se siente como un refrito de momentos ya vistos en las anteriores entregas y únicamente ideada para volver a vender peluches de los nuevos Minions. Seguramente los fans y los más pequeños disfruten, el resto tendrán que aguantar sus noventa minutos.

Creo que Gru no debería haber tenido una secuela o, en su caso, no haber superado Gru 2: Mi villano favorito, porque ya se intuía allí que las ideas que se podrían tener para continuar sus aventuras no iban a dar demasiado de sí. Y fue en aquella cuando se empezó a entender que Gru no era el protagonista absoluto de la obra que llevaba su nombre, sino que eran los Minions, pues se convirtieron, por completo, en los roba escenas por excelencia. En Gru 4: Mi villano favorito la trama vuelve a ser exactamente la misma que en todas las anteriores: un villano aparece para ser el mejor villano y Gru, junto con su familia y los Minions tiene que detenerlo. No hay innovación alguna, no hay personajes memorables y las situaciones que se dan son cada vez más sonrojantes. Si que tiene algún chiste que puede levantar las sonrisas entre los espectadores, pero el resto de los lugares comunes que se dan en la cinta, la hacen olvidable.

Y como ya lleva ocurriendo con toda la saga, los Minions vuelven a ser los personajes que están únicamente para vender muñecos. En esta ocasión en clave de superhéroes de Marvel o DC, pues han conseguido crear un suero que los convierte en superminions con poderes diferentes. Es lo único diferente que podemos encontrar en la cinta, el resto, si hemos ido siguiendo la saga desde sus inicios todo nos parecerá lo mismo. Aquí, el bebé se convierte en un secundario de lujo que no deja de recordar, en ciertas cosas, a Jack Jack de Los increíbles, por lo que si hubiera una secuela más no descartemos que el bebé se convierta en el auténtico protagonista de la cinta. Siempre soy de las personas que apoyan al máximo al cine de animación, pero aquí ya se empieza a ver que lo único que se busca es vender muñecos más que dar una secuela, o un cierre digno, a una saga que podría haber sido mucho mejor.

En definitiva, Gru 4: Mi villano favorito es una cinta que conseguirá convencer a los más pequeños, que venderá muchos muñecos pero que no aporta nada a la historia de Gru. Es una cinta hecha con piloto automático donde las risas y la diversión están reservadas para ciertos momentos muy puntuales. Lo siento, pero yo me bajo ya de este barco.