La muerte del Superman del nu52 ha traído consigo una explosión supermanera. El presumible duelo por su heroico sacrificio ha derivado en un festival de nuevos pretendientes a lucir el manto de Kal-El. Que si Superwoman, que si Superhijos, que si Supermanes de Tierras alternativas… hasta un Super-Man chino, que es el que nos ocupa ahora mismo. De tal forma que prácticamente cualquier tipo de lector tiene su propio héroe con la S al pecho. Supermanes a la carta.
ECC Ediciones ha decidido publicar esta colección en tomos de periodicidad variable que vayan recopilando los diferentes arcos argumentales de la serie, diferenciándose así de las colecciones de periodicidad mensual (como la grapa de Superman) o cuatrimestral (como la de Action Comics).
Esta colección nos traslada a Shanghái, donde el gobierno chino ha decidido que es hora de que la gran nación asiática compita de tú a tú con EEUU y el resto de occidente. «Si ellos tienen a su Superman, nosotros también tendremos uno». Así, China no pierde el tiempo en crear sus propias versiones de los grandes iconos deceítas. Ya no solo para ostentar poder frente a occidente, sino para contentar a una población que reclama dichos héroes con mallas y capas. Política y espectáculo.
Con esta mirada nos acercamos a El nuevo Super-Man para descubrir rápidamente que sus intenciones no pueden estar más alejadas de ese «copy/paste» que nos imaginábamos. Luen Yang elabora una historia muy divertida, con un cínico sentido del humor acerca de los superhéroes. Aquí nuestros protagonistas son gente corriente, con todos su defectos. El guionista no pierde en ningún momento la trayectoria de los superhéroes norteamericanos, que sitúa de fondo para contextualizar la aparición de los metahumanos en China. No olvidemos que se trata de un mismo universo, así que la aparición espontánea de toda una tropa de nuevos personajes no sería verosimil.
Como apunte negativo quizás se echa en falta una mayor destreza por parte de Luen Yang para que los giros argumentales y los cliffhangers tengan un verdadero impacto. Muchas de las «revelaciones» que sorprenden a este Super-Man son fácilmente deducibles con páginas de antelación. La historia es bastante esquemática y no reviste muchas sorpresas. Aún así su lectura se hace bastante amena y los protagonistas saben como escapar de las comparaciones con sus contrapartidas norteamericanas.
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