Desde que llegó su primer tomo a nuestras manos (allá por 2014) ya temíamos que este día acabaría llegando. La conmovedora historia de amor que ha llevado a Dawn y Norrin hasta los confines de la propia existencia toca a su final. Una treintena de aventuras (recogidas en cinco tomos en la edición española publicada por Panini Cómics) que nos han emocionado hasta el tuétano y que a buen seguro el tiempo situará como una de las grandes historias de la década.
Desde las primeras páginas del volumen que nos ocupa Allred y Slott nos ponen sobre aviso de que nos encontramos a las puertas del desenlace de esta aventura. Un desenlace, además, sin ventanas de escape para un nuevo capítulo más adelante. La pareja creativa tiene muy claro que este es su final y que el cariño que han mostrado por sus personajes no merecía menos. Nadie (hasta que alguien en la plana noble de Disney diga lo contrario) mancillará el recuerdo de esta historia.
El relato sigue salpicado de las más variopintas aventuras en las que la imaginación de sus autores parece ser el único límite. Todo es posible en un entorno que, por inexplorado, permite a Slott y Allred ser quienes escriben las reglas del mismo. Cada página es un nuevo descubrimiento para los lectores. Guionista y dibujante han sabido crear un mundo y unos personajes con los que es imposible no empatizar, buscan fórmulas llamativas y poco convencionales a conflictos que en cualquier otra serie se resolverían a puñetazos. Y todo ello con un enorme colorido y una fortísima carga emocional.
Es imposible no enamorarse de Norrin y Dawn, a quienes hemos acompañado desde que sus caminos se cruzaron por primera vez y hemos vivido con ellos un romance inusual pero cargado de ternura. El final de su historia es triste, como todos los finales, pero también resulta esperanzador y reconfortante. Allred y Slott han puesto todo su amor a unos personajes que más allá de las críticas y mensajes que nos han ido dejando en sus distintas aventuras, nos dejan una importantísima lección, la vida está para vivirla y aprovechar cada día. Si no se os escapa ni una lágrima con esta lectura es que no tenéis corazón.
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