«Estamos aquí porque esto es personal«
Se acerca cada vez más el final del Escuadrón Suicida. O de esta colección al menos. Rob Williams ya casi ha terminado de contar todo lo que quería y prefiere dejarlo por todo lo alto que ver languidecer a su criatura hasta la muerte. Perfectamente entendible cuando el guionista ha ido girando sobre una misma idea durante toda su etapa, puliéndola hasta que le ha quedado perfecta y le ha servido para confirmar a la Fuerza Especial X como algo más que el grupo de una serie secundaria. El Escuadrón de Williams le ha hablado de tú a tú a la Liga de la Justicia y es justo que se le permita cerrar la etapa de una manera digna antes de saltar al siguiente proyecto.
Así, tenemos en esta terna de cómics la resolución definitiva a la larga e interesante trama que ha protagonizado el regreso de Hack. La admiradora de Harley murió a manos de uno de sus colegas varias tramas más atrás y su retorno por la vía de la violencia y la venganza se va a cobrar más de una víctima y va a llevar al equipo mucho más allá del límite antes de dejarlo caer de manera definitiva. Es en esta situación cuando el guionista pone sobre la mesa la eterna pregunta con estos villanos obligados a luchar por la justicia: ¿son capaces de preocuparse por los demás más allá de lo que dictan las bombas de sus cerebros? La respuesta, que ya hemos visto en las relaciones entre Croc y la Encantadora o Harley y Flag, no es tan clara con otros integrantes del grupo y resulta interesante verla plasmada en las páginas de estos cómics.
«Pero ¿qué voy a saber yo? ¡Estoy chiflada!«
También seremos testigos, en Escuadrón Suicida #21, del momento en que Waller deba tomar la decisión más importante de toda su vida. Más allá todas las elecciones sobre la vida y los destinos de sus presos y por encima del detalle final, que vuelve a arrojar sombras sobre el carácter de este complicado personaje, este capítulo sirve para humanizar a la carcelera a la que es tan fácil odiar que a los locos y asesinos que protagonizan esta serie (entre otras cosas porque de ellos al menos esperamos siempre algún tipo de momento de iluminación redentor). Sin embargo, al igual que el número #20 explora la evolución moral de nuestros protagonistas, esta otra entrega hunde sus raíces en la psique de Amanda para tratar de explicar su manera fría de ser y de actuar para con sus aliados y enemigos.
Cierra esta triple entrega la primera parte de Constricción, un arco argumental que va a llevar a Batman a infiltrarse en Belle Rêve para llevarse a Deadshot en una misión de salvamento que va a marcar el final de la tensa tregua entre Waller y el justiciero de Gotham. Si ya estuvo a punto de saltar todo por los aires cuando el Caballero Oscuro formó a parte de su propia Liga de la Justicia con miembros del equipo de la carcelera, esto ya es una agresión a sus dominios en toda regla y eso es algo que no va a dejar pasar. Se inicia, pues, una trama que bien puede ser la última y que funciona como una contrarreloj en la que Batman y Deadshot buscan salvar a la hija de éste último mientras lo que queda de un maltrecho Escuadrón trata de darles caza por la gloria de su enojada lideresa. Todo esto con el retorno del culto de Kobra de fondo y los ecos de Noches Oscuras: Metal resonando y haciéndonos preguntar: ¿qué es lo que vendrá a continuación?
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