Debatimos mucho sobre si debíamos hablar de Flash: Renacimiento y Flash: Rumbo a Flaspoint por separado o tratarlos como una unidad. El primero de los volúmenes presenta la miniserie con la que Geoff Johns trajo de vuelta a Barry Allen a la vida (tal como hiciera con rotundo éxito con Hal Jordan, Green Lantern), mientras que el segundo aborda la cabecera regular del superhéroe hasta Flashpoint, evento del que ya hablamos y que sirvió de punto de ruptura para presentar los nuevos 52. Pero el que la serie arranque justo donde termina Renacimiento, no hay cortes de ningún tipo, que en la segunda se exploren las consecuencias de este, y que el villano principal sea el mismo, nos lleva, pues, a tratar ambos tomos como una única obra (recomendación que hacemos también para su lectura).
El punto de partida, como hemos adelantado, es el mismo que el tomado en Green Lantern: nuestro héroe vuelve a la vida, una vida que no se ha detenido en su ausencia, y debe adaptarse a esta nueva realidad. La diferencia entre ambos personajes es que Hal debía enfrentarse a las terribles consecuencias de haberse convertido en Parallax, destruyendo -entre otras cosas- su ciudad, Coast City. Barry, sin embargo, murió sacrificándose por sus seres queridos, siendo un auténtico héroe. Pero Geoff Johns, muy inteligentemente, decide colocar cierta distancia entre Flash y el mundo que ha crecido sin él.
Esto resulta interesante porque vemos a un héroe desubicado, que ha de encontrar de nuevo cuál es su lugar. Y sí, todo el mundo le recibe con los brazos abiertos y quieren que retome las cosas donde las dejó… pero vive con la sensación de que esa persona a la que todos amaban ya no está. Es un ejercicio sobre la identidad muy atractivo, que nos permite profundizar -como pocas veces- en la figura de Flash, y en general del resto de superhéroes. El del cómic es un medio en el que los personajes mueren y reviven como si tal cosa, no hay nada inmutable y la mayor de las tragedias, antes o después, tiene solución, una salida de emergencias. En un mundo tan variable, entra en toda lógica la posible desafección. Que es un poco la situación en la que encontramos a Barry Allen.
Obviamente este es un cómic de superhéroes, mainstream, con vocación de llegar a todo el mundo, y de forma accesible. Así que pronto vuelve todo a la normalidad y el velocista escarlata vuelve a ponerse su traje y defender el bien. Pero estos pequeños respiros más intimistas, filosóficos si se quiere, tienen su atractivo. Y es mucho más poderosa esta lectura cuando la contrastamos con el recorrido que hace el personaje, pues al final se sitúa en el punto opuesto, las emociones prácticamente le devoran.
Johns aprovecha la miniserie de presentación del personaje (Renacimiento) para hacer un recorrido por toda la Fuerza de la Velocidad, permitiendo la aparición de la «flash-familia» al completo, así como algunos de los aliados más importantes del protagonista, como Hal Jordan o su pareja, Iris. Sin olvidar, claro está, a su némesis: Flash Reverso. En Rumbo a Flashpoint sigue profundizando en el entorno del personaje, mostrando su día a día en Central City y dando su minuto de gloria a algunos de sus villanos clásicos como Capitán Frío, el Maestro de los Espejos o Capitán Boomerang. Hay que tener en cuenta que estos hechos acontecen a consecuencia de La noche más oscura y El día más brillante, por lo que si no habéis estado al tanto de tales eventos, algún detalle se os podrá escapar. Pero no hay que temer, el guionista ha hecho un excelente trabajo para que estos tomos sirvan como punto de partida para el personaje, sin necesidad de tener conocimiento previo alguno del mismo.
Sorprende, para bien, el tono más adulto que le ha dado el escritor a esta colección. Hay algún respiro para la comedia, claro, pero en general es bastante contenida y se enfoca bien hacia el drama. Aspecto este que, dado el tono melodramático de su versión televisiva y los rumores que hay sobre que la encarnación fílmica de Ezra Miller le dará un componente más cómico, será muy bien recibido por una parte de los lectores.
Gusta también, mucho, la estructura narrativa del tomo Rumbo a Flashpoint. Además de los diferentes saltos temporales que dan una visión más completa de la trama en curso, en ciertos puntos se nos insertan un par de páginas centradas en cada uno de los enemigos a los que se va enfrentando el personaje a lo largo del tomo. Dado que en la historia en sí resulta complicado meterse de lleno con todos los personajes, estos apartes son una buena solución para ir conociendo a todo el mundo. Como apuntaba al inicio del post, Flash Reverso tiene vital importancia en este arco (de ahí que la narración vaya a veces en varios planos temporales). Este villano es, probablemente, si no el responsable, sí uno de los motivos por los que Flash tenga ese tono oscuro. Es un personaje cargado de maldad y odio, capaz de poner contra las cuerdas a Barry Allen y sacar de él toda su furia. Personalmente veo pocos villanos que se le puedan comparar.
Al final, esta etapa de Barry Allen como Flash, es una etapa cargada de rabia, de llegar y explorar los límites del personaje para conducirlo a unos terrenos desconocidos. Flashpoint.
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