«Todos los guardianes que he conocido son unos imbéciles«
Me interesa mucho el giro que están dando desde DC algunas series desde que dio comienzo el Renacimiento. Una de ellas, ya lo dije con motivo de su primer número, es Green Lanterns. La colección que ECC está editando en gruesos tomos en rústica no deja de sorprenderme con unas tramas interesantes y, sobre todo, con unos personajes repletos de dobleces y muy, MUY, inexpertos en el manejo de uno de los mayores poderes que concede el vasto Multiverso DC.
La fuerza de voluntad es grande en la agorafóbica Jessica Cruz y en el impulsivo y desconfiado Simon Baz, pero los mismos obstáculos que superan cada día y que les hacen merecedores de sus anillos son los peores enemigos a los que se enfrentan en cada capítulo de esta serie. Esto es muy importante, porque DC nos ha plantado a dos personajes muy reales, muy de esta época, con dos problemas comunes a esta era (la introspección y la discriminación) que los convierten en algo muy cercano a la nueva generación de lectores a la que van dirigidos estos cómics. Tanto es así que no es difícil tras dos números escoger a un favorito para cada lector (lo realmente difícil es que coincidan dos aficionados) por afinidad, cercanía o recuerdos comunes.
«Tenía que llevar las cosas al siguiente nivel«
Tras finalizar, de aquella manera, el primer arco argumental de la serie, Sam Humphries nos da un breve respiro con dos números centrados en la celebración de la fiesta de Halloween que usa, también, para contarnos un par de cosas más acerca del Anillo Fantasma que apareciera frente a nuestros protagonistas al final del número anterior. Tras esto la historia se centra rápidamente en esta poderosa arma creada por el Guardián Rami y capaz de ser usada por cualquiera con la determinación suficiente como para arrancar su vasto poder.
El elegido para portar este nuevo anillo es un personaje de nueva creación cuya inestabilidad emocional lo convierte en una auténtica bomba de relojería que tanto Simon como Jessica se esforzarán en desactivar aplicando cada uno sus propias maneras de ser y actuar. No será hasta que comiencen a pensar como un solo Lantern cuando comiencen a tener verdaderas oportunidades de derrotar a los cada vez más poderosos enemigos a los que se van a enfrentar. Tanto en esta cabecera como en la de la Liga de la Justicia. Sin embargo, lo mejor de lo que está haciendo el ex-marvelita Humphries se encuentra en su capacidad para sugerir nuevas tramas antes de que termine cada una de las que se están desarrollando en la actualidad. El tema de los Red Lanterns ya quedó pendiente, pero es que al finalizar este tomo tenemos un nuevo interrogante sobre la mesa (y si sabemos leer entre líneas puede que incluso más) de manera que, aunque el fin de esta saga es algo sencillo y fácil de esperar, nos abre un amplio campo de posibilidades de cara al futuro.
Esta es una buena época para engancharse a DC (o a ECC si estáis en España y Latinoamérica, claro).
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