«Miradlas. Acurrucadas como gatitas en su lecho«
Simplemente Diana. Han tenido que pasar siete tomos de la nueva aventura de Frank Miller con su viejo gran proyecto, pero en el octavo tenemos, al fin, un capítulo sólo para ella, la más grande de entre las heroínas, haciendo una de las cosas que mejor se le da y que, curiosidades de la vida, el propio Brian Azzarello (co-guionista de esta obra que publica en España ECC) le ha reconocido al concederle el trono de la deidad griega a la que sustituyera: la Guerra.
Pero hay más, con el enemigo a las puertas, surge en la grácil amazona el instinto primario de la protección de su prole, aunque hasta para eso es única, portando a su bebé a la vez que blande su espada y su lazo contra los centenares de enemigos que cercan su isla. Esta decisión no quedará exenta de consecuencias y, como toda tragedia griega, se avecina en el horizonte el futuro choque generacional con una Lara que ya ha hecho buenas migas en el pasado con los despiadados habitantes de Kandor y que, si nada lo remedia, bien podría tomar parte por ellos en la batalla final por el destino de la Tierra.
«¡Moriremos antes que rendirnos!«
Miller y Azzarello rescatan la faceta más violenta de la princesa Diana de Themiscira en un número sencillamente espectacular en el apartado gráfico (en manos de Andy Kubert, que nos regala algunas instantáneas bárbaras) y épico en su desarrollo argumental. Anecdótica queda, al lado de la guerra por la isla de las amazonas, la vuelta al combate (rejuvenecimiento incluido) de Batman tras su polémico paso por una de las Fosas de Lázaro de su eterno enemigo R’as al Ghul. Tan poderosa es y tan independiente se muestra nuestra protagonista de Caballero Oscuro III: La Raza Superior #8 que hasta se permite despedir con un gesto a quienes se presentan en el campo de batalla con intención de apoyarla. Frank Miller casi viene a decir que si los Kandorianos han llegado hasta donde lo han hecho ha sido porque Diana y sus ejércitos aún no habían tomado parte en esta guerra. Ahora, con ella rebosante de poder y de rabia en pleno campo de batalla, se avecina un desenlace apoteósico.
Mientras, y con permiso de Wonder Woman, continúan las historias cortas del cuadernillo interior en las que Miller y una larga lista de artistas amplían y completan la historia que se está contando en los tomos de la serie central. En esta ocasión le toca el turno a la nueva comisaria, enfrentada a una horda brutal y aberrante de herederos del Joker, que aprovechan el caos desatado para saciar su eterna hambre de destrucción y sangre inocente. Este «Detective Comics #1» cae de nuevo bajo la responsabilidad total de Miller, que nos deja una historia oscura de regusto amargo, pese a los brillantes y divertidos colores de Alex Sinclair.
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