Segunda tanda de capítuos de Injustice 2, secuela de la exitosa Injustice: Gods Among Us y que, como aquella, sirve de largo prólogo para el videojuego homónimo. Tom Taylor equilibra el crecimiento de los personajes (nuevos y veteranos) con el sentido del espectáculo seña de la colección. Poco a poco va perfilando quiénes van a ser los grandes protagonistas de la serie, destacando sobre todo el papel de Supergirl, llamada a llenar el espacio al que renunció Superman hace ya tanto tiempo.

El primero de los capítulos sirve para poner en contexto las consecuencias del terrible ataque contra el gobierno de EEUU perpetrado por Ra’s Al Ghul, al tiempo que se apunta el rumbo que llevará la serie en los próximos capítulos con Themyscira en el horizonte y un Bruce Wayne coqueteando peligrosamente con una interpretación del concepto de “seguridad” que se contrapone al de “libertad”.

Taylor explora con buen criterio la escena política y civil ante la aparente inviolabilidad de los enmascarados en un mundo que aún se recupera de los años del tirano Superman en el poder. No solo de desastres globales y peleas entre titanes vive Injustice.

En este sentido, como vemos en Injustice 2 #8, Taylor está preocupado por desarrollar a sus personajes y enfrentarles a sus decisiones pasadas. Barry Allen puede atestiguarlo. Y quien más beneficiada se ve por el trabajo del guionista es Supergirl, a quien ha ido introduciendo poco a poco en la dinámica de la serie y la que quiere preparar (con gente como Nightwing o Wonder Woman mediante), en uno de los pilares de la colección.

Llegados a Injustice #9 Ra’s Al Ghul pone en marcha la maquinaria de lo que será uno de los puntos culminantes de esta primera temporada. El ahora ecoterrorista está empeñado en llegar hasta el final en su misión de salvar el medio ambiente, aunque eso suponga diezmar a la población mundial y formar extrañas alianzas (algo que a estas alturas, ya no debería sorprendernos, pues cosas más raras hemos visto en estos seis años de vida de Injustice).

Aunque lo realmente interesante de esta grapa es la inclusión del Annual protagonizado por Diana. En este se nos narra una versión muy distinta a la que conocemos del primer encuentro entre la princesa amazona y Steve Trevor. Un emocionante relato en clave Injustice que pone de manifiesto la oscuridad que puede albergar la humanidad y que ofrece un contexto al carácter expeditivo y falto de compasión que distingue a esta versión de la amazona ante lo que considera una amenaza contra la seguridad y protección del mundo.

El bloque de capítulos restantes, que van de Injustice 2 #10 a #12, están dedicados a desarrollar el conflicto con Ciudad Gorila y las fuerzas de Ra’s Al Ghul y darle más protagonismo a Supergirl, destinada a jugar un papel trascendental en esta realidad del multiverso DC. Kara va adaptándose a su nuevo hogar y conformando sus convicciones respecto a la guerra fraticida entre la élite superheroica del mundo. Llegada de un planeta extinto, su perspectiva, marcada por la tragedia pero de una poderosa esperanza, ofrece muchas posibilidades para explorar.

En estos tres episodios, bien es cierto, Tom Taylor mete un acelerón comprimiendo situaciones que en cualquier otra serie podrían dar fácilmente para tres o cuatro capítulos, generando cierta sensación de frenetismo en la lectura. Esto no tiene por qué ser negativo siempre y cuando haya una intencionalidad a largo plazo y no esté desperdiciando balas que provoquen un agotamiento temprano de la serie. A corto plazo, en lo que respecta a la lectura de estos números, las vritudes son evidentes, atrapando al lector con giros y cliffhangers sorprendentes.

En estos capítulos se presenta a un peligroso enemigo que obligará a «aliarse» a las facciones de Batman y Wonder Woman / Black Adam, dando lugar a una tensa tregua entre todos ellos para detener una amenaza común. Lo interesante de este tipo de situaciones es que permite comprobar como no existen tantas diferencias entre ellos, o al menos que son menos rígidas de lo que quieren creer.