José Villarrubia es uno de los nombres propios del cómic español. Afincado desde hace años en EEUU, el afamado colorista ha trabajado con autores de la talla de Alan Moore, Richard Corben o Jeff Lemire y ha dado vidas a obras como Conan Rey, de la que hablamos con él aprovechando la recopilación en formato integral que publica Planeta Cómic. Además de algunas de las claves del color en Conan Rey, Villarrubia conversa con nosotros acerca de su proceso de trabajo y de cómo afrontó, por ejemplo, la restauración de color de algunos de los trabajos de Corben.
Pregunta: ¿Cuál es el proceso de trabajo que sueles seguir al trabajar en una página?
Respuesta: Como todos los coloristas que conozco, recibo las páginas escaneadas en blanco y negro. También recibo el guion y notas del escritor, el artista y a veces los editores. Después de entregar los colores como archivos TIFF de Photoshop, normalmente recibo algunas correcciones, de algún que otro detalle y sugerencias… Las hago, re-envío los archivos y el comic va a imprenta.
P: En términos generales, ¿cómo suele ser la relación con dibujantes y/o entintadores?
R: Siempre he trabajado con algunos autores que son amigos personales, como Jae Lee, Jeff Lemire, Paul Pope, Alan Moore… otros que son conocidos del mudillo, y algunos que no llego a conocer.
P: ¿Sueles tener espacio para trabajar el color como mejor consideres o tiendes a trabajar con pautas de los dibujantes y guionistas?
R: A veces tengo total libertad, sobre todo cuando llevo tiempo trabajando con alguien. Otras me dan algunas indicaciones. Y en pocos casos me dicen viñeta por viñeta como quieren que lo haga. Prefiero evitar este último método de trabajo.
P: ¿Cuál fue tu primer acercamiento a Conan como lector?
R: Creo que los cómics primeros de Marvel en sus ediciones de bolsillo de Vértice. Y poco después las novelas con las portadas de Frazetta. Como adolescente estaba suscrito al comic americano, que me mandaban a Madrid.
P: ¿Y ya en el terreno profesional?
R: Pues se me pidió en principio que reemplazase a Dave Stewart como colorista en la serie de Dark Horse de Cary Nord, pero luego Cary dejó la serie y se incorporaron Tomás y Corben.
P: ¿Cómo fue la dinámica de trabajo junto a Truman y Giorello en Conan Rey?
R: Fantástica. A mí me encanta lo que ellos estaban haciendo y el editor, Philip Simon, me dio casi total libertad. Me lo pasé estupendamente con estas historias…
P: ¿Qué intención buscabas transmitir a la lectura?
R: La más parecida en lo posible a la que uno tiene cuando lee las historias originales de Howard. Las releí antes de embarcarme en cada una de ellas. Y ya sabes, las historias de Howard están sobradas de misterio, exotismo, acción, terror y un erotismo bastante de la época.
P: ¿Hubo alguna búsqueda previa de referentes? ¿Trabajaste el color siguiendo algún tipo de influencia para dotar a las distintas miniseries de Conan Rey el tono adecuado?
R: No especialmente. Siempre tuve en cuenta los cuadros de Frazetta, pero en general seguí mi propia intuición, tratando de potenciar siempre las historias.
P: Un aspecto muy importante es el de la luz, que en Conan Rey por lo general es luz cálida, del Sol proveniente del fuego. ¿Cómo trabajas el esquema de iluminación en tus trabajos?
R: La iluminación debe siempre seguir las pautas del dibujo. Tomás es muy claro con sus fuentes de luces, el color no tiene más que complementarlas. Suelo jugar mucho con colores complementarios para conseguir un balance cromático. Por eso las luces amarillas o naranjas a menudo tienen sombras azules alrededor.
P: ¿Cómo influye tu faceta de fotógrafo en el trabajo como colorista? ¿Y a la inversa?
R: Mi educación fue en la pintura en la cual tengo un master. Después me dediqué a la fotografía artística por más de una década y finalmente a los cómics. Mi estética del color está formada no solo por los cómics. La pintura, la ilustración, la fotografía, el cine, el teatro, la danza… todas las artes visuales me han influenciado y dado ideas… Y lo siguen haciendo.
P: Cuando trabajas en la restauración del color, ¿qué aspectos has de tener en cuenta?
R: He estudiado minuciosamente la obra de Corben por muchos años. Lo más importante en la restauración de color es encontrar la mejores fuentes para hacerlo, idealmente los originales. Después seguir muy fielmente los colores que usó Corben y tan solo corregir las distorsiones provocadas por la pobres impresiones originales. Eso significa corregir algún color que domine la plancha en imprenta, aclarar zonas que se oscurecieron demasiado y corregir registros de colores.
Hacer este trabajo me supuso muchos meses de estudio y experimentación y aprendí muchísimo sobre el color.
¿Y qué es lo que nos encontramos en esta recopilación de Planeta Cómic? En la línea del Conan de Brian Wood, la editorial ha recogido el trabajo de Timothy Truman, Tomás Giorello y José Villarrubia con el cimmerio en su etapa más madura en un único volumen en cartoné, muy lustroso y cargado de contenido. En este orden podremos leer las miniseries La ciudadela escarlata, El fénix en la espada, La hora del dragón, El conquistador y Lobos allende la frontera. Todas ellas publicadas con anterioridad de forma individual y que en esta edición se respetan los contenidos extra que incluían aquellas. Así, además de las lecturas propiamente dichas, tenemos varias galerías de ilustraciones y bocetos de Giorello, las portadas originales o interesantes textos tanto de Villarrubia o Truman, como del escritor Mark Finn (muy recomendable para profundizar en la figura de Robert E. Howard y la importancia de El fénix en la espada, la primera historia del guerrero cimmerio).
Este Conan Rey nos permite un acercamiento bastante completo del personaje que desde la perspectiva que da la madurez y el trono echa la vista atrás a algunos de los episodios más destacados de su trayectoria. Se trata de una lectura muy estimable, que no se queda solo en el divertimento y el derroche de acción y aventuras (tan definitorio de las aproximaciones que se hacen de Conan), sino que profundiza mucho en el personaje a nivel psicológico y emocional, dándole unas texturas que no son habituales en otros relatos (ya sea en cine o en viñetas). Timothy Truman hace una excelente labor de traslación de la obra de Howard, con mucho respeto y fidelidad, pero aportando su mirada cuando la ocasión lo requiere para adecuar las historias al lenguaje del cómic. Como las aventuras gozan de la suficiente autonomía entre sí, lo ideal sería no darse el atracón de 608 páginas del libro, sino leerlas -y disfrutarlas- una a una.
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