¡Uf! Va a ser difícil mejorar esto. Cuando Panini Cómics encarrila la recta final del Conan de Jason Aaron y Mahmud Asrar la pareja creativa se sacan de la manga un emocionantísimo duelo entre Conan y su hijo espadas en alto y a cara de perro. El tiempo todo lo pone en su sitio, pero es imposible pensar que esta historia no quedará como uno de los grandes hitos entre las aventuras del cimmerio.
«¿El rey Conan? De ese sí he oído hablar»
Esta tercera entrega de Conan Rey hace un pequeño impasse para relatar cómo acaban el propio Conan y Thoth-Amon en la isla de pesadilla en la que se encuentran atrapados. En el caso del cimmerio todo se dilucida en su pelea contra Conn, ampliando los flashbacks vistos en el anterior número. Una pelea con más trasfondo del que pudiera parecer y en la que el orgulloso rey es puesto a prueba. Quizás no sea el envite más impactante en términos puramente estéticos, de choque de espadas, pero sí es el más honesto con el Conan aventurero y -más imporante- el Conan padre. Es un capítulo dedicado a explorar no solo cómo es la relación entre padre e hijo, sino cómo se proyecta la sombra del primero sobre el segundo y cómo este ha de cargar con ella.
Y respecto a Thoth-Amon, protagonista absoluto del segundo capítulo incluido en la grapa, sucede algo similar. Asrar y Aaron dedican sus esfuerzos a conocer al antagonista de esta saga desde una perspectiva desprovista de las grandes batallas que suele reclamar la fantasía épica. Los autores retroceden a su ya oscura infancia para intentar comprender el porqué de ese odio y desprecio hacia los demás y su devoción prácticamente obsesiva hacia el dios serptiente Set. ¿En otras circunstancias habría sido diferente? Difícil saberlo, pero Aaron y Asrar apuntan que su naturaleza malvada prevalecería sobre cualquier cosa.
Dicho capítulo cuenta, además, con un interesante detalle para los fans del cimmerio, pues hace un pequeño guiño al relato El fénix de la espada. Con esto, que puede ser secundario, Aaron demuestra su interés por la figura de Conan y su historia. Aunque esté creando relatos nuevos no se olvida de la «continuidad» del personaje, intentando que su aportación a la cronología del mismo sea coherente y no entre en contradicción con lo que han dicho otros autores antes que él. Quien sabe si de aquí a 20 ó 30 años La última batalla de Conan en el extremo del mundo habrá calado como para ser tenida en cuenta de igual manera por futuros escritores -quiero apostar que sí.
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