Paul Laverty: «Escribir un guion no significa que lo puedas enseñar»

Da igual los premios que haya recogido por los festivales por los que ha pasado Yo, Daniel Blake. Sus creadores mantienen la modestia y el discurso ante todo. De eso ha sido partidario Ken Loach, y también su guionista Paul Laverty, con el que lleva trabajando veinte años. La última ganadora de la Palma de Oro en Cannes pasó por el Festival de San Sebastián, donde acudió Laverty a presentarla y habló sobre la creación de la nueva historia de Loach. Y cómo suele ser típico en el cine del británico, venía con reivindicación.

 

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Pregunta: ¿Qué te lleva a escribir esta historia?
Respuesta: Después de hacer Jimmy’s Hall en Irlanda, situado en los años 30, queríamos hacer algo más liviano, más de la calle. Algo que no llevase tanto trabajo en la producción, ya que Jimmy’s Hall nos llevó en total seis meses. Algo más simple, con no tantos personajes, Así que nos decantamos con la atmósfera que se respira en Reino Unido. Así que dado las políticas que han llevado a los más vulnerables de la sociedad, debido a la crisis. Además hay que tener en cuenta que se ha llevado a cabo una campaña de estigmatización de la gente, haciendo creer que las prestaciones llegan a un 25%, cuando no llegan a un 1%. Antes de empezar hicimos un trabajo de investigación: hablamos con funcionarios, activistas, y con gente que ha tenido esta experiencia. Fuimos también a los bancos de alimentos, donde vimos a gente que tenía que elegir entre poner la calefacción o comer, o madres alimentando a sus hijos con galletas solamente.

El reto en definitiva era entender el sistema, el cuál es muy complejo y hay que ver cómo funciona para luego poder escribir la historia. Hay casos más graves que los de Daniel Blake: enfermedades mentales, discapacitados sin cama, hay suicidios,… Podíamos haber contado todas esas historias, pero elegimos a Daniel Blake porque es un trabajador típico, que paga sus impuestos y que en un momento determinado de su vida necesita ayuda, y recurre al servicio social.

 

P: A la hora de organizar el guión, toda esa fuerza, toda esa rabia, ¿todo eso viene gracias al guión, o viene por la mano del director? ¿Influye tanto la documentación?
R: Bueno, lo que se rueda es el guión. Ken (Loach) y yo somos amigos desde hace más de veinte años, entonces hay una conversación continua, no hay sorpresas, es muy orgánico: todo lo hemos hecho juntos, los cástings. Estuvimos juntos en varias ciudades, pero todo fluye de una manera muy natural, y en realidad no hay muchas sorpresas. Se graba normalmente lo que se escribe en el guion. Habrá gente que piensa que hay más improvisación, pero no es así. Aunque siempre hay algún detalle nuevo, pero todo está bastante estudiado.

 

P: ¿Y siempre es el director el que tiene la última palabra?
R: Eso suena muy dramático, como un guion de Hollywood. Es mucho más orgánico. En estos años que he trabajado con Ken siempre hemos hecho muchos borradores del guion, y después de esto hablamos, discutimos, intentamos ser críticos con nosotros mismos, decidimos la versión final del guion, hacemos el casting juntos, y él está para el rodaje y el proceso, y después en el montaje también estas discusiones continúan. Es parte de una conversación. No hay grandes choques, nunca ha habido. Ya hay grandes lecciones en los personajes y en la narrativa. No hay gran debate. Sí que es cierto que en muchos otros sitios el guionista se lo pasa a otro, y otro a otro, y puedo entender que haya diferencias, pero es una manera de hacer películas que no comparto. También con Icíar Bollaín tengo el mismo estilo de trabajar.

 

Laverty (izda) y Ken Loach (dcha)

Laverty (izda) y Ken Loach (dcha)

 

P: Hubo algún caso en el que os fijaseis más para hacer el guión? Porque os centráis bastante en el paro.
R: No, durante la investigación hablamos con cientos de personas para entender realmente lo que ocurría. Se trataba también de ir profundizando en esa explicación oficial y ver la realidad de los hechos y las experiencia de las personas. Ha habido casos diferentes que me han permitido inspirarme y escribir el guion. pero no uno específico y copiarlo, pero todo lo que se ve, ha ocurrido.

 

P: La película ha sido la ganadora en Cannes, y mucha gente mostró su descontento ¿cómo afrontas esas críticas?
R: Muy fácil, no las afronto (ríe). Este es un mundo libre. Cada uno se toma las cosas como quiera. Yo simplemente no me enfrento a eso. Ni me preocupa. Tienen derecho a que no les guste la película.

 

P: ¿Y tener dos Palmas y una de guion sube el ánimo?
R: Tampoco. Uno no hace las películas para ganar premios. Pero cuando llegan, bienvenido sea, y se disfrutan. Yo creo que tenemos mucha suerte. Al fin y al cabo, lo de los premios es como una lotería. ni sabes si vas a ir a Cannes, hay cosas en las que no se puede pensar.

 

P: Hiciste el proceso de cásting junto a Ken Loach, ¿cómo fue para dar con los actores adecuados?
R: En este caso fue todo muy sencillo: buscamos actores que tuvieran más o menos esa edad, vimos a mucha gente. Dave (Johns) es un hombre muy decente, muy cálido y encajaba perfectamente, y con un par de improvisaciones resultaba creíble, y además tenía buena química con Hayley (Squires). Ella es muy sutil y nos gustó. Vimos qué ventajas tenía cada uno, y tomar una decisión.

 

P: Acerca de la labor como guionista, ¿qué opinión tiene acerca de los manuales?
R: Pues no tengo opinión, porque no lo conozco. Lo que no quiere decir que no tenga mucho que aprender. Siempre se puede mirar más cine, yo aprecio desde luego la originalidad. Veo películas antiguas y aprendo cosas. Sí que aprecio todos los elementos. En internet tienes muchas herramientas también. De hecho, una vez me pidieron que diera una masterclass y me negué porque no tengo ni idea y no sé cómo enseñarlo. Escribir un guion no significa que lo puedas enseñar. Pero respeto mucho a los profesores y al mundo de la enseñanza. Sí que creo que hay que tener imaginación y curiosidad, y ser capaz de conectar las cosas, aunque ver mucho futbol tampoco te convierte en Messi tampoco. Conectando cosas sí que se puede llegar a escribir un buen guion. Yo tengo mucho que aprender también, pero me pregunto si se puede enseñar a ser compositor o bailarín.

Acerca de María Aller

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Madrileña. Comunicadora. Periodista. Sagitaria. Bonne Vivante. Cine. Y festivales, series, libros, cocina, deporte... recomiéndame!

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