Guardianes de la Noche #20

Guardianes de la Noche #20: La familia es lo primero

Guardianes de la Noche #20

«La persona más débil es la que más posibilidades tiene«

 

Y así, con la frase que precede a estas líneas, es como Koyoharu Gotouge resume la filosofía detrás de toda la serie de Guardianes de la Noche. En un par de sencillas viñetas que nos llevan al pasado en medio de la batalla más salvaje, violenta, dramática y espectacular de cuantas se hayan guionizado en este manga, la mangaka pone en labios de Tanjirô las bases de su modo de pensar. Esa manera en la que ha hecho que su manga se diferencie de otros muchos por medio de unas batallas en las que los protagonistas siempre necesitaban del concurso de sus superiores no sólo para vencer, sino para llegar respirando a ver amanecer un nuevo día. Gotouge viene a decir que sí, que son los más fuertes y los más experimentados quienes llevan el peso de las batallas sobre sus hombros, pero que son los personajes pequeñitos, aquellos en los que el villano de turno apenas repara, quienes tienen el poder de dar un giro completo a las situaciones con una intervención suya en el momento preciso.

 

Así ha sucedido a lo largo de todo el manga que publica Norma Editorial en España y así sucede en este vigésimo número de la colección. Un número centrado en la que es, como decía más arriba, la batalla más impactante de lo que llevamos de serie, la que enfrenta a Genya, Gyômei, Sanemi y Muichirô contra la todopoderosa Primera Luna Superior. Gotouge, como gusta de hacer, nos coloca ante una batalla imposible en la que el nivel del villano es tal que no parece que exista ni la más mínima posibilidad de que los héroes triunfen. Para igualar las tornas, la autora le regala a los personajes unos ‘power-ups‘ nacidos de la desesperación con la que están peleando y, cuando ni eso parece que vaya a tener el más mínimo efecto sobre el adversario, un gran esfuerzo, realizado por el personaje más insignificante, le da un giro a la batalla y les permite a los espadachines soñar con una victoria sobre el demonio que tratan de decapitar. Este es uno de los motores de este estupendo shonen, el trabajo en equipo como paso previo a la victoria y el esfuerzo incesante de los más débiles para compensar sus propias carencias. El otro podríamos decir que es la familia.

 

«Cuando sea que nos llegue la hora podremos abandonar este mundo en paz«

 

Reflexionemos: Tanjirô se une al Cuerpo Matademonios después de perder a su familia a manos de uno de los subordinados de Muzan. En los números pasados descubrimos el pasado acerca de la madre de Inosuke y el tremendo sacrificio que ésta debió hacer para que su hijo sobreviviera. En este preciso tomo (y en el anterior) somos conscientes de la complicada relación entre Genya y Sanemi, que parte de la obsesión del segundo porque el primero pudiera llevar la vida normal y plena a la que Sanemi renunció cuando decidió luchar contra los monstruos que acechan en las noches de este Japón que Gotouge nos vende. Y, por si fuera poco, en este tomo descubrimos los momentos del pasado de esta Primera Luna que hicieron que un espadachín excepcional se convirtiera en demonio… Y, de nuevo, los lazos familiares se revelan como la base de toda la historia.

 

Guardianes de la Noche #20

Guardianes de la Noche #20

 

Gotouge le confiere a las relaciones familiares una importancia suprema en su manga. Hace que los lazos que existen entre hermanos o entre padres e hijos se conviertan en el motor de los momentos de superación de los héroes y en las semillas del odio y la envidia en el caso de los villanos. La mangaka nos habla de cómo la frialdad entre padres e hijos o la competitividad generada entre hermanos pueden corromper un alma a la vez que nos reconforta al recordarnos que la fraternidad y el cariño de nuestros familiares son los que nos mueven a seguir adelante cuando ya parece que no nos queden más fuerzas para seguir luchando. Nos queda, quizás, por descubrir los secretos más oscuros sobre el pasado de Muzan, pero no me extrañaría que la familia de este antiquísimo demonio tenga un papel muy importante en el nacimiento de esta pesadilla.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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