«Ya podemos ir despidiéndonos de la humanidad«
Han pasado dos años desde que escribiéramos por primera vez acerca de el universo Valiant en La Noche Americana y ahora, tras varios saltos mortales de editorial en editorial, vuelve a caer en nuestras manos un tomo de esta interesante alternativa a Marvel y DC gracias a la amable gente de Medusa Cómics. Y lo primero que he de decir es que, sin importar los bailes tras bambalinas, Medusa ha sabido ver que lo más importante en este negocio es mimar a sus lectores. No sólo se ha lanzado a editar varias de las series más punteras de Valiant en grapa (¿quién dijo miedo? Medusa apuesta por un nicho de lectores quizá no tan numeroso como los de sus competidoras, pero mucho más fiel), sino que tiene el detalle de conservar el estilo editorial con el que estos cómics han ido llegando a España, de modo que si uno comenzó a leer, como nosotros, las aventuras de Eternal Warrior, Ninjak, X-O Manowar… hace algún tiempo, no va a notar la más mínima diferencia en su estantería.
Pero basta ya de elogios y parabienes. El tomo que nos ocupa hoy es un ejemplo perfecto de lo que está ocurriendo en Estados Unidos. Cansados de unas continuidades que constriñen su libertad creativa, un buen puñado de guionistas de primer nivel están haciendo sus pinitos en editoriales como BOOM! Comics, Image, Dark Horse o Valiant. Ya vimos en el pasado como Eternal Warrior acogía a Greg Pak tras su paso por World War Hulk y antes de su actual regreso a la Casa de las Ideas. Dentro de poco veremos también por aquí al genial Jeff Lemire (responsable de maravillas como Green Arrow para DC o El Viejo Logan para Marvel) con Bloodshot y ahora nos encontramos con Ales Kot, una estrella en claro camino ascendente, a los mandos de una simpática historia corta que nos pone en contacto con algunos de los personajes representativos de este mundo de héroes y villanos fuera de lo común.
«La madre que me parió…«
Entramos en Dead Drop de la mano de un Aric (X-O Manowar) mucho más manso y amable del que yo recordaba de los números que leí de Unity allá por primavera del año pasado. Embutido en su característica armadura, Aric persigue a una joven que porta un vial con un virus capaz de arrasar con toda la vida sobre la faz de la Tierra. Da así comienzo una loquísima carrera a través de las calles de Nueva York en la que ni la fuerza bruta del rey visigodo, ni la puntería de Archer, que le tomará el relevo, serán suficientes como para evitar el desastre que cada vez está más cerca.
Al dibujo de este tomo único tenemos a Adam Gorham (dibujante habitual de las Tortugas Ninja que ha hecho sus pinitos en Marvel con las aventuras de Mapache Cohete), un artista al que, definitivamente, hay que seguir la pista. De igual manera, no debe pasarnos desapercibido el portadista de los cuatro números de esta mioniserie: Raúl Allén. Este vallesolitano nos deja con cuatro trabajos sencillamente brillantes. De trazo sencillo y sin nada de barroquismo, cada una de estas ilustraciones podría bien decorar la pared de alguno de vuestros cuartos. Tremendo lo de este artista, en serio.
Hasta aquí el relato de nuestro, como veis bastante satisfactorio, regreso al universo Valiant. Teniendo en cuenta los múltiples filmes que se avecinan sobre personajes de este mundo y el buen trabajo que está haciendo Medusa al editarlos en España, esperemos que esta vez nuestra relación con esta galaxia comiquera se extienda hasta el infinito y más allá.
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