«Una portadora de muerte como la humanidad jamás ha visto…«

Hará cosa de dos años Dennis Hopeless (o Hallum, como parece ser que firma ahora sus escritos) y Djibril Morissette-Phan lanzaron un one-shot con el beneplácito de Marvel en el que Nick Furia y sus colegas de los Comandos Aulladores se iban de farra a una isla mortalmente peligrosa. La gracia es que para entonces ya era un rumor muy fuerte el hecho de que Jonathan Hickman se preparaba para desembarcar a lo bestia en la franquicia mutante, pero lo que no se sabía para nada era que Krakoa no sólo iba a ser un punto muy importante dentro de la narrativa de este Amanecer de X, sino que todas las historias y todo el nuevo poder de los homo superior iba a enraizar en las profundidades de la isla viviente. Imaginaos ahora a los ‘cuatro gatos’ que compraran en su momento en Estados Unidos el cómic que ahora tenéis en las manos. Imagináoslos un par de años después, haciendo cábalas sobre cuánto de todo lo que se desvelaba en este cómic era parte de la realidad oficial para la Casa de las Ideas y cómo encajaba esta historia en la nueva continuidad de Hickman y compañía.

En España no hemos tenido esa suerte. Aquí un cómic como ese no habría sido rentable ni para esos ‘cuatro gatos’ y Panini ha tenido que guardarlo en un cajón hasta que las circunstancias han sido propicias para su publicación. Y estas condiciones no se han dado hasta que prácticamente ha finalizado la primera fase del Amanecer (a punto de comenzar con X de Espadas) y los múltiples cruces con Imperio y los ajustes varios que han sido necesarios para cuadrar todas las tramas de cara a lo que comienza este mismo mes de enero han dejado la parrilla de novedades mutantes prácticamente a cero.

«Bombardearon la isla y lo mataron todo«

Nos encontramos, pues, con una historia que me recuerda vagamente (por tono y escenarios) a la divertida e intrascendente Kong: La Isla Calavera. Nick Furia y sus compañeros caen abatidos sobre una isla en mitad del océano Pacífico sobre la que también acaba de caer una gigantesca bomba que ha arrasado todo a su paso y, al parecer, ha despertado (o dado a luz, este cómic parece apostar más por esta segunda opción, mientras que Amanecer de X parece decantarse por la primera) a un ser vivo que forma parte de cada planta, animal o roca de la propia isla. Pretendieron aquí Hopeless y Morissette-Phan hablar alto y claro sobre los orígenes de la isla mutante, asociando los mismos al lanzamiento de una bomba experimental. Igual a lo que pasara con Hulk… e igual a lo que todos conocemos acerca del nacimiento de Godzilla. Sin embargo, no tengo del todo claro que su historia vaya a convertirse en el relato oficial sobre los orígenes de este personaje marvelita.

Antes de Dinastía de X: El Nacimiento de Krakoa

No despeja tampoco este cómic ninguna duda acerca del origen del lenguaje que utiliza la isla para comunicarse en la actualidad ni cuadra demasiado el relato con lo que se ha convertido en la nueva oficialidad dentro de la Casa de las Ideas. Merece, por tanto, la pena leer este cómic como la historia entretenida (y un tanto ‘retro’) que es, pero manteniendo cerca de nosotros esta grapa, por si en un futuro cercano debemos de volver a ella. Jonathan Hickman suele hacer los deberes y a buen seguro conoce, se ha leído y tiene en cuenta este breve relato. Puede que haga que lo que aquí se nos cuenta cobre un significado completamente distinto, pero a buen seguro volverá sobre los orígenes de Krakoa más pronto que tarde. Y puede que para entonces haga falta volver a pensar en el bueno de Furia.