Para muchos la lectura de este Conan supondrá una experiencia cargada de novedades. Más allá de si es vuestro primer acercamiento a las aventuras del cimmerio o no, con la publicación por parte de Panini Cómics del primer número de la etapa de Jason Aaron y Mahmud Asrar, estrenamos editorial y formato. Desde hace ya unos años era Dark Horse la encargada de editar las historias de Conan en EEUU, mientras que aquí descubríamos dichos relatos de la mano de Planeta Cómic, y casi siempre en tomo.

Ahora que Marvel ha recuperado los derechos sobre el personaje para explotar nuevas historias, con lo que Panini, la licenciada española, arranca su publicación española apostando por el formato de grapa mensual, lo que acerca al icónico personaje a un público bastante más amplio. No en vano, el guionista de esta nueva encarnación es Jason Aaron, puntal en Marvel con su Thor y sus Vengadores. Panini, pues, demuestra su fe en el autor y da un voto de confianza al personaje.

En esta nueva empresa el guionista no se anda con rodeos y (ventajas de tratar con un personaje tan icónico) apenas pierde tiempo en presentar al cimmerio, poniéndole en apuros a las primeras de cambio. Aaron ha venido a jugar con la enorme riqueza que atesora el mundo de Conan y el propio protagonista, proponiendo una historia de debut que alterna diferentes momentos en la vida del guerrero y en la que la magia tiene un papel primordial. El escritor de Alabama se muestra cómodo en estos primeros compases de su aventura con el futuro rey de Aquilonia, domina los tiempos del género de espada y brujería y tiene en Mahmud Asrar un espléndido compañero de batalla, con un trazo muy dinámico, muy agradecido en las secuencias de acción (que no son pocas).

La historia principal viene acompañada del primer capítulo de un relato llamado Luz negra de estrellas, de John C. Hocking, en lo que seguramente sea la primera oportunidad para muchos de leer a Conan en su medio original, el de la novela corta.