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Conan el Bárbaro #7: Larga vida al rey

Conan el BárbaroConan el Bárbaro #7 es tanto un punto y aparte, como un punto y seguido en la trayectoria actual del guerrero cimmerio. Es un punto y aparte porque aquí finaliza la etapa de Jason Aaron y Mahmud Asrar, pero no lo hace de forma definitiva. La pareja creativa se va a tomar su tiempo para construir una nueva aventura en los años de Conan como rey de Aquilonia. Y es un punto y aparte porque finalizada esta esta gran saga que nos ha acompañado durante siete entregas, Jim Zub y Rogê Antônio toman el control de Conan el Bárbaro narrando sus propios relatos, de tal forma que este cuaderno publicado por Panini Cómics puede ser un punto de despedida perfecto para cualquiera interesado solo en el trabajo de Aaron, mientras que Conan el Bárbaro #8 será un punto de entrada fantástico para quienes dudaron en un primer momento con la serie.

 

«Este templo es la puerta de una gran maldad. Tenemos que cerrarla«

 

En este hasta luego de Aaron y Asrar a Conan, guionista y dibujante se atreven con el más difícil todavía. El cimmerio, derrotado en la entrega anterior, tiene aquí un cara a cara traumático -y muy revelador- con una entidad más allá del bien y del mal, al que solo la testarudez del bárbaro logra sacar de un indiferencia y le hace arquear la ceja. Este encuentro pone a Conan ante una terrible verdad que, de todas formas, nunca le ha sido desconocida, que la única forma de salir victorioso dependerá de él, nadie acudirá al rescate y si desea algo, cualquier cosa, deberá conseguirlo por sí mismo. Conociendo a Jason Aaron, esta constatación de un sentimiento, puede hacer mella en el guerrero en el siguiente capítulo en el que se embarque el autor más adelante. Será interesante comprobar si queda en una anécdota -¡y menuda anécdota!- que otorga más misticismo a la que es una de las aventuras más ambiciosas de Conan en décadas, o si trascenderá de Vida y muerte de Conan y plantará una semilla en Conan Rey.

 

Suposiciones sobre el futuro a un lado, el relato de Aaron y Asrar presenta un desenlace a la altura de la aventura que han creado. No desentona ni en garra, ni en emoción, con lo visto hasta ahora y cierra muy bien la trama, de forma que su trabajo funciona como historia independiente y deja el camino libre para quien continúe (en este caso Jim Zub) con sus aventuras. Aaron ya demostró en Thor, y aquí vuelve a hacerlo, que los entornos mágicos, las historias de espada y brujería, se le dan de maravilla. Y el reto que suponía devolver a Conan su esplendor en su vuelta a casa, después de unos años irregulares en cuanto a calidad de sus historias, lo ha resuelto con muchísima solvencia. Ya solo podemos desear que el guionista vuelva pronto por las tierras de la Era Hiboria, y que su próxima visita dure mucho más tiempo.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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