«Tal como yo lo veo, tenemos dos problemas«
Me pasa con estas dos series lo que le ha pasado a medio mundo con El Mandaloriano. Gran parte del fandom de Star Wars ha pensado: «si hacer esto era posible, ¿qué ha ido tan terriblemente mal para que salgan estas tres películas?«. Al margen de la razón (o no) de esa reflexión, uno se lee cada nueva entrega de Dinastía de X y Potencias de X y piensa: «¿pero por qué narices no se hizo esto antes en Marvel?«. Cada nueva entrega nos vuelve a dejar boquiabiertos, retuerce los conceptos que ya conocíamos y los convierte en ladrillos de una nueva realidad mágica para los mutantes. Jonathan Hickman está apostando muy fuerte, elevando a los homo superior a cimas que nunca soñaron siquiera alcanzar y haciendo que la altura de sus retos haya de ser de aquí en adelante de una escala inimaginable. Con razón va a ser él mismo quien se encargue de las series principales que nazcan a continuación: Yo no confiaría en nadie más que en Hickman para continuar desarrollando el mundo que ha creado este autor en tan solo media docena de (dobles) números.
La entrega anterior de Dinastía de X nos dejó con un momento triste y épico en el que varios de los mutantes más icónicos de nuestro imaginario hacían el sacrificio definitivo para poder lanzar a los mutantes hacia el siguiente estadío de la evolución. Pues bien, el hecho de que muchos de ellos salgan en las portadas y lleven bastante tiempo anunciados como integrantes (o líderes) de los nuevos equipos que han de nacer de estas dos series nos planteaba un fuerte interrogante que Dinastía de X #5 se encarga de despejar con un ‘truco’ que no sólo resulta imaginativo, sino que ya nos había sido sugerido desde la primera página de la serie y que reivindica el papel de varios mutantes de distinto potencial y fama, demostrando que los planes de Hickman pasan por el uso coral de la riquísima galería de personajes de esta esquina del universo de la Casa de las Ideas.
«Fue un regalo y, al hacerlo, nos habéis salvado a todos«
Potencias de X #5, por su parte, se divide en cuatro interesantes escenas que sirven a propósitos bien distintos. La primera trata de explicar el porqué de la nueva apariencia de Charles Xavier y la procedencia de algunas de las ‘armas’ con las que ha logrado obrar el milagro de Dinastía de X #5. Le sigue otra escena de reclutamiento, al igual de las que vimos en números anteriores con Magneto y Siniestro, pero con la vista puesta en el futuro inmediato de los sueños cumplidos de los hombres y mujeres X. La tercera, que trata de profundizar en una de las escenas que cerraron el número de Dinastía de X, nos habla de futuras historias y batallas de la Patrulla, puesto que son tan importantes las presencias como las ausencias en lo tocante a la historia que está contando el autor. Por último, el salto al futuro lejano de la última escena nos deja en la frontera entre los mutantes y el infinito. Una delgada línea que sólo se puede atravesar, al parecer, renunciando a la vida misma.
Nos estamos dividiendo las reseñas de esta historia entre el director de esta revista, el señor Daniel Lobato, y un servidor. Y resulta una tortura esperar cada mes a que el otro escriba su parte para poder lanzarse a leer y reseñar las dos siguientes piezas de este maravilloso puzle que ha creado el arquitecto de las Secret Wars modernas. Sin embargo ahora, que ya sólo queda asistir al gran final que representarán Dinastía de X #6 y Potencias de X #6 este mismo mes de febrero, me siento enormemente contento de haber podido expresar lo que está significando esta aventura para la franquicia mutante con más de una voz y más de un punto de vista. No sé cómo pretenderá Hickman continuar su historia, pero si es la mitad de intenso de lo que hemos leído hasta ahora, estamos en el punto de partida de algo muy grande y hermoso.
Deja un comentario: