My Hero Academia #20

My Hero Academia #20: Rellenuto

My Hero Academia #20«¡Todavía no estoy acabado!«

 

Me cuesta mucho ser imparcial con este tomo de My Hero Academia que nos trae Planeta Cómic. Por un lado tenemos que más de la mitad del mismo prosigue con la trama de relleno que se planteó en el número anterior, la del festival de la Yuei. Por el otro da comienzo una trama que promete volver a la intensidad que ya tuvieran algunas de las mejores hasta el momento. Pero lo que me hace dudar no es eso (realmente el planteamiento de la nueva trama apenas dura un par de capítulos del final), sino el hecho de que, de todo este relleno, hay cosas que me han gustado, pero he de aceptar que, en general, no vale un pimiento.

 

Vayamos por partes: Teníamos a los compañeros de Midoriya preparando una actuación musical. Porque sí, porque no sólo son héroes, también son todos ellos consumados músicos (que a ver, de Kyoka Jiro me lo puedo esperar, pero del resto…). Mientras tanto, nuestro protagonista, que había salido a comprar, se cruza con un villano Youtuber (esto me está costando cada vez más) contra el que lucha para evitar que arruine el festival. Porque son las cosas que hacen los villanos en el manga de Kohei Horikoshi: fastidiar festivales estudiantiles. Menudo drama, vaya tensión.

 

Vaya pereza que me está dando.

 

«Me quedo tranquilo porque has estado impresionante«

 

La cosa es que la pelea, que tan sólo sirve para probar nuevas aplicaciones del poder de Deku, me resulta bastante entretenida. Los poderes de Gentle Criminal y de LoveLover son muy divertidos y, aunque el destino de la batalla esté más que predeterminado, resulta interesante ver cómo el protagonista ha de emplearse a fondo para poder hacer frente a este ridículo villano.

 

Con esto en mente, no es la pelea lo que me hace detestar esta saga, sino todo en lo que ha venido envuelta. La historia del festival no sólo es superflua, sino que daña a todo el ecosistema de la Yuei. Horikoshi nos planteó este festival como la oportunidad de que los estudiantes del resto de especialidades (aparte de la de héroe) se lucieran y, sin embargo, sólo hemos visto lucirse a los de siempre, como auténticos protagonistas de un evento en el que pretendían haber sido sólo un amable acompañamiento. Todo ello para poder plantarnos un par de escenas bonitas que se podrían haber logrado de otras muchas formas. De hecho, la batalla de Midoriya podría haberse dado en cualquier otro contexto, siendo tan simple su planteamiento y su finalidad.

 

My Hero Academia #20

My Hero Academia #20

 

Pinta mucho mejor lo que viene a continuación en la serie (que, por cierto, está estos días en Japón viviendo una absurda polémica a vueltas con el nombre de un villano). Más allá de por los momentos dramáticos con los que cierra el presente tomo, por la reflexión que ya se le viene adivinando al mangaka desde hace algún tiempo y que es tan propia de los cómics norteamericanos a los que esta obra rinde homenaje. Horikoshi se plantea cuál es el grado de dependencia, en un mundo con héroes y villanos, de la sociedad civil hacia sus figuras más remarcadas. Más aún, viene ya desde el principio de la colección dando vueltas alrededor de la pregunta de qué ocurre cuando una de estas figuras desaparece. ¿Es reemplazada por la siguiente de la lista? ¿O se produce más bien un cambio de paradigma y una situación de incertidumbre y caos en un mundo demasiado necesitado de su presencia?

 

Este ha sido un tomo para olvidar. Pero los que vienen nos van a dejar con ganas de más.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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