Beyond. Este nombre será muy importante en el futuro a corto-medio plazo del trepamuros, pero no del que todos conocemos y amamos. O también. La oficina arácnida anda revolucionada tras la marcha de Nick Spencer y son varios los guionistas (con Zeb Wells a la cabeza, a quien ya citamos en la reseña del número anterior) los que van a decidir los próximos pasos de Spiderman marca registrada. ¿Eh?
«¡A Spiderman no le chistas!»
Esta nueva fase del personaje arácnido publicada por Panini Cómics parte directamente de los hechos narrados por Spencer, pero también apunta más atrás en el tiempo, a la Conspiración del Clon, o más bien al desenlace de aquella saga. Porque una vez que Peter ha hecho frente a algunos de sus pecados pasados, otra parte de su historia vuelve al presente: Ben Reilly.
El controvertido personaje, que bien se cree el verdadero Peter Parker, bien juega a ser el Chacal, busca su enésima oportunidad para hacer las cosas bien y ser el héroe que cree que debe ser. Tras la citada saga, el clon tuvo su propia serie e hizo migas con Doctor Extraño, pero nada de eso es relevante para lo que nos narra Wells. Basta con saber que está intentando encontrar su lugar en el mundo. El encuentro entre los Spidermen es interesante, el guionista maneja bien la tensa relación existente entre ambos por el turbio pasado compartido, pero el envoltorio de dicho encuentro no es precisamente original.
Entre los antecedentes már cercanos en el tiempo podemos hablar tanto de la época de Industrias Parker o del más reciente (y breve) periodo de Spiderman en modo influencer. El planteamiento de esta etapa no pinta excesivamente original, como decimos, pero ello no quita que no sea efectivo. Lo es, y mucho. El equipo creativo juega además con elementos que expanden la narración a diferentes niveles, como bien ilustra el logo de Beyond que figura en la portada de este El Asombroso Spiderman #46 y los siguientes números.
Hay también cierta sombra de etapa transitoria, no se puede negar, pero esto también da la oportunidad a los guionistas a dedicar espacio a otros personajes. Aquí, por ejemplo, Kelly Thompson presenta a dos heroínas de alquiler que aportan determinantes pistas sobre cuáles pueden ser las intenciones del periodo que nos ocupa con el trepamuros.
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