«Está claro que Tony no tiene límite«

El último número de Brian Michael Bendis para Marvel. Paraos un momento a pensarlo. Iba a hacer una comparativa con Cristiano Ronaldo, pero me parece que Messi es un ejemplo mejor. Imaginaos que el Barça dejase ir mañana al argentino al Real Madrid. Sin pompa ni artificio. Sin apenas despedirse y libre, sin que mediase una oferta millonaria. ¿Verdad que os haríais miles de preguntas? Como, ¿por qué de pronto? ¿Es que nadie le ha ofrecido nada para que se quede? ¿No era una pieza fundamental? Y las hipótesis, más o menos locas, proliferarían alrededor de su partida. No le bastaría a nadie el manido ‘cambio de aires’ o ‘nuevo proyecto’ y surgirían historias como la de que ‘se va en busca de los títulos que le faltan’ o que ‘no le dejan hacer lo que quiere y por eso se va’.

No es muy distinto con Bendis. Sara Pichelli nos contaba que le envió un email a todos sus colaboradores explicándoles los motivos de su partida y que ella se alegraba por él. ¿Los motivos de su partida? Alimento para los cotilleos, pero lo cierto es que, basándonos únicamente en lo que hemos leído en Marvel (en Panini en España) a lo largo del último año y medio hay algunas de esas teorías locas que cobran una tremenda fuerza. Y es una auténtica pena, porque se va de Marvel uno de los artífices de su época de mayor esplendor y distribución mundial. Muchos y muy buenos autores le sucederán, pero hoy la Casa de las Ideas deja escapar a un señor que era sinónimo de espectacularidad. Cuyas series debían leerse, porque era donde la magia de la editorial se cocinaba. Y volver a encontrar a alguien así es difícil.

«He aprendido a amar la locura«

Para despedirse, Bendis se rodea de gran parte de sus incondicionales y teje una historia con la versión I.A. de Tony Stark como narrador improvisado en la que pasan muchas cosas y se dejan planteadas tantas incógnitas para el futuro que no me puedo imaginar otro escenario que áquel en el que él y Dan Slott (su sucesor) se sientan con unas copas de por medio para ver qué cosas va a tomar el actual escritor tras los Cuatro Fantásticos (mucho ojo, que se va a quedar con dos grandes Dan). De lo contrario, Bendis ha dejado tras de sí un campo de minas en el que el Encapuchado se convierte en el nuevo enemigo a batir, Riri tiene un futuro incierto en un grupo que no parece prometer demasiado y el propio Stark se dirige a un futuro… místico.

El Invencible Iron Man #94

Todo esto en un número #600 de la colección que vuelve a desvelar como la trama de toda esta Búsqueda de Tony Stark se ha alargado artificialmente para poder cerrar en un número emblemático (me sigue sin quedar claro el por qué de la huida de Tony, nadie le perseguía y lo único que ha hecho en secreto lo podía haber hecho igualmente estando ‘vivo’). Me choca también el regreso, sobre la bocina, de Rhodey (una patata caliente para los guionistas de esta serie y de la de la Capitana Marvel) y la más que previsible vuelta de Victor von Muerte a su aspecto y escenario clásicos de cara a recibir a la Primera Familia como ésta se merece. Se me antojan estos dos retornos también dos imposiciones editoriales finales que el de Cleveland ha aceptado por no discutir más (¿qué os decía de las teorías locas?).

Hasta aquí hemos llegado con Bendis en Marvel y con el Iron Man que él nos propuso. Tengo bastantes esperanzas en lo que nos puede ofrecer Slott, pero ya nunca nada volverá a ser igual en la Casa de las Ideas. Y lo nuevo asusta.