Heroes Reborn #2

Heroes Reborn #1-2: ¡Arráncalo Carlos!

Heroes Reborn #1

«¿Oyes eso? Estás haciendo que truene«

 

No hace ni un mes que leímos de nuevo Dinastía de M en las páginas de la serie Marvel Must-Have que publica Panini y ahora llega a nuestras librerías Heroes Reborn, la enésima vuelta de tuerca al concepto de la realidad alternativa en la que sólo uno, o unos pocos, personajes son conscientes de que algo ha cambiado de manera radical. Nos pasaba con Lobezno en la antes citada saga de Brian Michael Bendis, pasó también cuando apareció en la Casa de las Ideas Kobik y tuvimos a nuestro propio Capitán Hydra (con la pesadilla de Pleasant Hill que recordé desde casi el primer capítulo de Wandavision). Ahora, como tratando de resucitar la anodina etapa de Jason Aaron al frente de los Héroes Más Poderosos de la Tierra, llega este evento que retoma el título de aquel de los años noventa y asistimos a una nueva reinterpretación del juego, con una nueva realidad alterada, una nueva historia siniestra por descubrir y un nuevo héroe solitario en busca de aliados.

 

Lo simpático e inesperado del asunto es que este héroe es Blade, que no suele ser de los que se piden el papel protagonista de los crossovers (pero que intuyo que ha de reivindicarse de cara a su ya no tan lejano desembarco en el Universo Cinemático Marvel) y que el grupo de personajes ‘beneficiados’ por el cambio en el statu son los miembros del Escuadrón Supremo de América, las versiones marvelitas de los principales personajes de la editorial DC. Ahí tenemos a Hiperión (Superman), Halcón Nocturno (Batman), Borrón (Flash), la Princesa Poder (Wonder Woman) y Espectro (Green Lantern). Y ahí tenemos a Coulson, un personaje que ha acumulado cariño en la gran pantalla, pero que llevamos desde el principio de la etapa de Aaron conchabado con el mismísimo Mefisto para sacar a los Vengadores de América y hacerse con su propio supergrupo al servicio de la bandera.

 

«Una carrera por la dimensión pavorosa para salvar mi alma«

 

Que Mefisto es la gran amenaza en la sombra de la etapa de Aaron es algo que nos quedó meridianamente claro con aquella locura llamada La Era de Khonshu. Al final de aquella historia veíamos como Mefisto era temporalmente derrotado y como el Caballero Luna avisaba a los héroes de que algo peligroso estaba por venir. Sin embargo, hay cosas que me rechinan demasiado en toda esta historia. Porque si estaba tan claro que esta encarnación del Diablo tenía que ser el villano principal, ¿por qué no jugar con ello desde el principio en lugar de marearnos con Namor, Marca Estelar, los vampiros…? Me surgen varias hipótesis, siendo una de ellas que a Aaron no se le haya dejado desarrollar esta historia hasta ahora (habiéndose visto a rellenar de cualquier manera) o que el propio guionista se haya visto incapaz de desarrollar la historia coral del grupo en esta dirección hasta que al final se haya visto obligado a dejarla caer de cualquier manera. Lo más probable es que la realidad provenga de una mezcla de estas dos situaciones, a la vista de fiascos como los Vengadores Prehistóricos (¿a dónde ha ido esa trama?) y la cantidad de tramas que nunca sabremos si van o no a continuar (¿de quién decían que era hijo Thor?).

 

Heroes Reborn #2

Heroes Reborn #2

 

Mientras tanto, tenemos a Blade recorriendo las calles de un mundo modificado en el que la mayor parte de los héroes y villanos han visto sus historias modificadas y en el que el único gran grupo de héroes es el que capitanea un Hiperión que muy pronto (también le ocurría en la serie regular de Los Vengadores) comienza a dudar sobre la realidad en la que le han puesto a funcionar. La historia de los miembros del Escuadrón y la trama que se desarrolla en segundo plano con Blade recogiendo a personajes aquí y allá resulta tan interesante y agradable de leer que uno no deja de preguntarse por qué han tenido que pasar meses y años hasta que Aaron y la Casa de las Ideas han decidido ponerla en marcha.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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