«Todo era… normal. (O tanto como han sido las cosas desde el Día del Juicio)«
Está claro que uno no puede relajarse en la Casa de las Ideas. Tan pronto viene desde el garaje el tío Johnny Blaze con una cirugía improvisada para extirparse los demonios como desde la cocina nos llega el aroma de cómo se está cocinando la caída de Krakoa. Este mes, sin ir más lejos (aunque no veáis su reseña por estos lares) X-Force nos ha deleitado con la esperada caída de la Bestia, que por fin es mostrado ante los focos como una suerte de doctor Mengele moderno en una mega-prisión espacial en la que los presos son arrojados para su olvido y para la experimentación de este pirado. Puede parecer un acto más, pero lo cierto es que (a su terrible e inmoral manera) Hank McCoy ha evitado males mayores para Krakoa. Su política de atacar preventivamente podía ser discutible y haber llevado a su mesa de disección a gente inocente, pero qué duda cabe de que también ha evitado un par de crisis o tres para los mutantes. Sin esta barrera terrorífica, la isla mutante va a estar un poco más desprotegida de cara a la ya anunciada Caída de X.
También preparando el terreno para todo esto (y para la miniserie de Los Pecados de Siniestro, que llega este mismo mes a las librerías) nos encontramos con la entrega que abre el Inmortal Patrulla-X / Patrulla-X Roja #10: Destino de X. Kieron Gillen se desmelena por completo con uno de sus personajes fetiche y nos presentas su propia versión de Potencias de X con la puesta en marcha por fin ante nuestros ojos de la Máquina Moira, un invento del macabro Mr. Siniestro para poder disponer de su propia versión del Día de la Marmota que aún no termino de comprender (¿cómo logra conservar los recuerdos y experiencias en cada reseteo de la realidad? Se insinúa que quedan grabados en alguna máquina, pero ¿cómo?), pero que convierte al rey de los científicos locos en un jugador con un as constante bajo la manga.
«A alguien debe importarle lo suficiente para ser mala«
El capítulo de Inmortal Patrulla-X es, por lo demás, entre desternillante y macabro. Nathaniel Essex se impone la tarea de cargarse a todos los miembros del Consejo Silencioso (¿por qué?) y utiliza para lograrlo las experiencias que va recolectando de cada intento fallido anterior en un bucle de sangre y destrucción dantesco y repleto de chistes de esos que nos retrotraen a tiempos de los Jóvenes Vengadores de este mismo autor. Además, esta entrega rompe una de las teorías que con más intensidad me han perseguido a lo largo de los últimos tiempos con respecto a la Patrulla-X. Y es que no. El Bestia que vemos en X-Force no es Bestia Oscura. Tal y como dice el propio Essex en una frase que queda para la posteridad: ‘la Bestia Oscura ya no es la Bestia más oscura que existe‘. Sigo teniendo un par de ideas bajo el brazo, pero ésta cae por el propio peso de lo que se nos cuenta aquí como un chiste destinado a los no pocos que tuvimos la misma idea.
Por su parte, Al Ewing sigue en la entrega de este mes de Patrulla-X Roja con la historia que ya comenzara a desarrollar en el número anterior. Aquí se nos desvela que el regreso de Vulcano se trató de impedir tras su caída en Marte / Arakko, pero que los recientes sucesos del Día del Juicio han hecho que toda cautela sea abandonada en favor de una mayor potencia de fuego en el bando de los mutantes del sistema Sol. Todo esto ha sido aprovechado por Brand para hacer su jugada, pero lo que la versión de las estrellas de Bestia (no me extraña que estuvieran un tiempo liados, ¡vaya par!) no se espera es que alguien más haya empezado a prever sus movimientos psicopáticos con vistas a afianzar el poder del sistema solar de la Tierra y Arakko.
Inmortal Patrulla-X / Patrulla-X Roja #10: Destino de X sigue siendo una de las lecturas imprescindibles dentro de la galaxia mutante y de todo lo que Marvel (y Panini en España) publica. Personalmente, precios de las grapas aparte, me parece que estamos en una muy buena época para leer cómics de la Casa de las Ideas.
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