«Prefiero la clase de vida que ocurre a ambos lados de la valla«

Decía en el título de mi anterior artículo sobre esta serie que se avecinaban ‘Snikts‘, reproduciendo el sonido que hacen las cuchillas de Lobezno al desplegarse. El mutante canadiense lograba escapar del foso y (en parte gracias al propio foso y a Krakoa) recuperaba el control sobre sí mismo, lo cual quería decir que recordaba todo lo que le había obligado a hacer Bestia… después de matarlo y resucitarlo a placer. Y Snikts hemos tenido. Nos adentramos por fin en la trama más esperada e interesante desde que comenzó a escribir Benjamin Percy en esta cabecera y este número no hace sino seguir poniendo fichas sobre el tablero de cara a que esta serie y la de X-Force se unan como se veía venir desde el principio. Pese a ello, pese a ser ‘introductorio’, no deja de ser intenso, impactante e intrigante (las tres ‘íes’ que todo buen cómic debería reunir) hasta el punto de que una segunda lectura no le sienta nada mal.

La presencia de Sabia ayuda a que nuestro protagonista no convierta el número de este mes en un festival de vísceras y mechones de pelo azul. En su lugar tenemos una investigación en torno a una serie de porqués que no hacen sino seguir haciendo daño al pobre de Logan (y es que a nada que lleves unos cuantos años, como yo, leyendo las desventuras de este mutante, aprendes a sentir una compasión constante por su mala fortuna). Él mismo, sin collares manipuladores, habría sido una puerta a que en Krakoa entrasen amenazas, todo ello orquestado por un Bestia cuyos planes, cada vez más sombríos, no terminan de sernos revelados.

«He dicho que la Bestia va a caer«

La manera en que Lobezno y Sabia van desenredando la madeja que ha ido tejiendo Bestia en torno al personaje de Jeff es brutal y su desenlace (del que aún tenemos que saber algo importante el mes que viene) nos lleva a uno de los momentos más esperados por todos los que nos hemos aficionado a esta colección que lleva publicando Panini desde que empezara todo el lío de Amanecer de X y Hank McCoy pasara de ser el buen tipo azul que daba consejos al siniestro gorila cianótico que creaba problemas que su propio equipo debía luego de atajar. Todo ello conduce a una escena, a plena luz de luna, en la que se vuelve a cruzar una línea que se prohibió expresamente en la fundación del estado de Krakoa.

Lobezno #31 (#137): Destino de X

El momento, la imagen, puede antojársenos un tanto fría y simplona, pero eso es porque Percy nos tiene reservada una sorpresa aún mayor a modo de escena post-créditos. Ahora sí, con esta escena podemos dar por comenzada la saga que desvelará todo lo que llevamos años preguntándonos sobre McCoy, sobre sus X-Force y sobre el objetivo final de sus siniestras maquinaciones. Es tarde ya para recuperar a la Bestia que todos añoramos, pero por lo menos que éste tenga el final que se merece a manos de todos aquellos que lo han tenido que sufrir.