«Que ni se te ocurra decir algo dulce, o vomitaré en tu boca«
Se cumple un año (y pico, que la serialización va a su propio ritmo) del regreso de Johnny Blaze a la cabecera en la que dio sus primeros pasos en el universo Marvel. Por el camino Benjamin Percy se lo ha pasado de miedo llevándole a los rincones más oscuros de Norteamérica a la par que nos ofrecía carreras loquísimas, circos demenciales y exorcismos a punta de cuchilla de adamántium. Ahora, para su segunda temporada, el actual guionista de X-Force y Lobezno sube las apuestas y se lanza a por el personaje de Danny Ketch, el otro Motorista Fantasma (si excluimos al bueno de Robbie Reyes) que lo petara en los años noventa y que no es otro que el hermano biológico del propio Johnny. Ha llegado el momento de reunir a la familia y esto viene a significar mucha sangre y fuego.
Y esto también trae consigo un ligero cambio en los escenarios. Pasamos de capítulos episódicos y lugares puntuales a una trama más lineal que lleva a Johnny y Talia de paseo por distintas ciudades hasta dar con quienes retienen a Danny y están usando su poder para arrasar con cualquier manifestación esotérica por todo el país. Esto cambia ligeramente el ritmo de la serie, que ahora pasa a una marcha más tranquila (lo cual, entre otras cosas, nos permite apreciar cómo se va desarrollando la relación entre los dos compañeros que han unido fuerzas, y algo más, contra las hordas infernales) para poder contar una historia bastante más profunda que, además, vaya entrelazándose con lo que ya hemos leído y con planes futuros para los personajes de esta cabecera. Dicho de otro modo, la serie de Percy pasa el filtro de la primera temporada y ahora puede permitirse un poco más de calma para explorar hacia dónde quiere dirigirse.
«Nadie gana cuando te enfrentas a alguien a quien quieres«
El cambio de ritmo, por si acaso alguien se lo pregunta, no implica para nada un cambio en el espíritu de la serie, que continúa siendo tan oscura, retorcida y deliciosamente desagradable como en sus primeras entregas. Es más, tal y como os contaba el otro día cuando hablé de la nueva serie de Hulk que está escribiendo Phillip Kennedy Johnson (también la trae este mismo mes Panini), el éxito de esta cabecera puede estar detrás del nuevo rumbo en aquella otra serie, apostando ambas por el terror como base de sus tramas, aunque la del piel verde se fije más en los monstruos y la de Johnny en los demonios que tratan de escapar del infierno. De hecho, no sería de extrañar un cruce entre ambas cabeceras, empeñados como están ambos personajes en vigilar sendas puertas malditas.
Motorista Fantasma continúa sin perder fuelle con unos guiones que nos hacen preguntarnos cuándo descansa el bueno de Percy y con un dibujo con el que Cory Smith (Dave Watcher en la primera mitad del Motorista Fantasma #8 (#14) y Brent Peeples para ciertas escenas del siguiente número) se lo debe estar pasando en grande. Caras que se derriten, demonios escondidos donde menos te los esperas, conjuros de sangre en habitaciones para recién casados… Esta serie tiene todos los ingredientes para que el Halloween que ya parecía que habíamos dejado atrás se alargue durante todo el año 2024.
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