El Increíble Hulk #1 (#131)

El Increíble Hulk #1 (#131): Regreso al terror

El Increíble Hulk #1 (#131)«Alguien está… muy, muy enfadado conmigo«

 

La sombra de Al Ewing en esta serie ha sido alargada como pocas. La llegada de Donny Cates pretendía funcionar como un punto de ruptura (el estilo ‘macarra’ del guionista implicaba otra manera de hacer las cosas), pero su repentina salida de todas las series que estaba escribiendo (ahora sabemos que por un grave accidente de tráfico del que todavía se está recuperando) hizo que Marvel tuviera que improvisar una solución con Ryan Ottley que, sin ser mala, ha terminado por rebajar el significado y el peso de esta etapa al mínimo exponente. Ahora la Casa de las Ideas le pasa el testigo a Phillip Kennedy Johnson, un señor que se presenta a sí mismo en su propia web como ‘Nominado al Premio Eisner‘ (he tenido que bucear en la red para encontrarme con que esto fue por una historia corta de Hora de Aventuras), que decide hacer un remix de lo que ha ocurrido recientemente con el goliat esmeralda para poder proponer una historia que devuelve a Bruce Banner al papel de pobre y desvalido frente a la terrible amenaza que representa su alter ego.

 

La manera en que esto se justifica no deja de tener bastante lógica (Hulk está bastante cabreado por aquello de haber sido recluido en el motor de una nave que funcionaba con su ira) y la forma en que Kennedy Johnson ha enlazado todo esto con el tema de la puerta verde de Ewing no pinta mal, pero uno no puede evitar sentir pena por todas las promesas que aparecieron en el horizonte al finalizar la etapa del Inmortal Hulk y que ya nunca cristalizarán del todo (si bien el tema de la inmortalidad del gigante y las puertas de colores han venido para quedarse). Volvemos al binomio de Banner aplatanado y Hulk encolerizado de siempre y ya veremos cuándo vuelve a atreverse alguien a sacarnos de ahí.

 

«¡Ya no juega a ser Vengador! ¡Esto es entre él y yo!»

 

Dicho todo lo anterior, el guionista apuesta de nuevo fuerte por el terror, quizás aprovechando la relativa libertad que Marvel le ha dado a otros autores en esta parcela (como Benjamin Percy con su Ghost Rider). Y lo que nos encontramos es un relato que me recuerda en estilo y hechuras (aquí es esencial un de nuevo excelente trabajo de Nic Klein) a otros referentes del terror en viñetas como pueden ser ciertas etapas de La Cosa del Pantano o, por ejemplo, Abe Sapien. La oscuridad, las expresiones de angustia, las transformaciones dolorosas y llenas de deformaciones grotescas… todo juega a favor de una historia un poquito menos ‘héroe de la Casa de las Ideas’ y más del estilo del cómic de terror underground, algo que, bien jugado, puede enriquecer enormemente esta etapa.

 

El Increíble Hulk #1 (#131)

El Increíble Hulk #1 (#131)

 

Me lanzo a por esta nueva etapa del Increíble Hulk en Panini sin ninguna clase de expectativa esta vez. Si algo hemos aprendido en el pasado reciente de esta colección es que puede ocurrir cualquier cosa y que la editorial norteamericana no vira el rumbo con la facilidad con la que debería (al igual que ha ocurrido con Thor, esta serie se habría visto beneficiada de un parón antes de su regreso), así que mejor emprendamos este viaje con cautela y con la leve esperanza de que, aunque no lleguemos a tener nunca lo que Ewing nos prometió, al menos sí que podamos disfrutar de un cómic de terror de los que te hacen saltar en el asiento.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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