Víctor von Muerte

Muerte: Un hipotético futuro

Panini Cómics presenta un one-shot protagonizado por Muerte y su ahijada Valeria que toma por título el «nada» ostentoso Días de Muerte y que tiene en Sanford Greene y Jonathan Hickman a sus principales responsables.

 

«Así que acéptalo… con la cabeza alta«

 

Los créditos diferencian entre argumento y guion, así que es de suponer que la implicación de Hickman se «limita» a la concepción de la historia, siendo Greene el responsable, no solo de dibujar el relato, sino de construir el guion per se. Sea como fuere, la presencia de Valeria, hija de Ms. y Mr. Fantástico, es evidencia suficiente para constatar la impronta hickmaniana en la historia. El guionista siempre ha sentido debilidad por la joven imaginauta y por su cariñosa relación con el gobernante de Latveria. En este sentido, Muerte es un one-shot que perfectamente podría formar parte de la emocionante etapa que dirigiera Hickman hace ya unos años y que concluyera con el envite entre Reed y Victor en Secret Wars.

 

Los Cuatro Fantásticos

Viñeta de Los 4 Fantásticos: Tres, de Jonathan Hickman

 

 

La historia se ambienta en un indefinido futuro en el que se mezclan referencias a la Marvel más reciente (Xavier luce el look de los buenos tiempos de la era krakoana de la Patrulla-X), con otras que apuntan precisamente a la etapa de Hickman en Los 4 Fantásticos, como son la barba de Richards o el uniforme la Fundación Futuro que viste Valeria. Esta ambigüedad temporal aporta un estimable atractivo al cómic, pues permite disfrutarlo sin atender al explícito peso de la continuidad y lo acerca más al concepto de los What If…? Aunque ya sabemos cómo es Marvel Comics y las fronteras entre lo posible y lo que realmente es suelen ser difusas y el cómic ambiciona tanto en su premisa como en su abierto desenlace.

 

Y si bien el conflicto que se plantea ya ha sido tratado en no pocas ocasiones (el propio Hickman lo utilizó en su etapa al frente de Los 4F), su enfoque, desde la derrota y la resiliencia de sus protagonistas, además de la misma intimidad de estos mismos (sin renunciar a la épica de las situaciones narradas), es lo que da volumen al trabajo de Greene y Hickman. Apenas 64 páginas (de historia algunas menos, pues el relato se acompaña de una galería de bocetos de personajes de Sanford Greene y de varias portadas alternativas) que condensan una aventura que podría haber dado lugar a una miniserie completa.

 

Y ese es también parte de su encanto, si vamos repasando los detalles, insinuaciones y guiños dispuestos aquí y allá, el hipotético e incierto futuro de sus autores expande nuestra mente para que imaginemos todo lo no narrado.

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