«No voy a poder volver a dormir en la vida«
Parece que estuviéramos montando un monográfico sobre los mutantes en La Noche Americana, y un poco así es, pero lo cierto es que todo Amanecer de X merece que, al menos en sus inicios, nos detengamos sobre cada uno de los ladrillos sobre los que va a descansar la nueva arquitectura mutante nacida de la mente de Jonathan Hickman. Si en Patrulla X el guionista nos presentó a la familia Summers como los protagonistas de las principales historias que se contarán a partir de ahora, en Merodeadores Gerry Duggan se lleva a Kitty Pryde a hacer de pirata por los siete mares y en Excalibur Tini Howard mezcla mutantes y relatos de espadas y hechizos, en Nuevos Mutantes regresa el propio Hickman (acompañado por el irregular Ed Brisson) para recuperar a los ‘Bebés X‘ y ofrecernos el relato feliz y despreocupado que todos necesitábamos leer.
Los guionistas reúnen a un equipo mutante sobre el que da gusto leer. A todos los que llevamos ya un tiempo leyendo cómics Marvel no es que nos aburran las aventuras de Lobezno, Cíclope, Kitty o Tormenta, pero agradecemos que sean otros los personajes que lleven la voz cantante. Por eso series como Lobezno y ala Patrulla-X nos conquistaron en Marvel Now! y por eso cada vez que un autor ha tratado de recuperar a parte del alumnado de la escuela más famosa de la Casa de las Ideas nos hemos frotado las manos. Ahora, la idea de Hickman de ponerse al frente de una serie en la que el rostro más conocido (por su presencia en la primera plana mutante de la última década) sea Magik no podía parecerme más tentadora. Máxime cuando ya hemos visto a Cámara y a otros cuantos de estos Nuevos Mutantes recientemente en la Generación X de Christina Strain, un proyecto muy interesante que se topó con la losa de la llegada de este Amanecer de X.
«Este lugar no es como nos dijiste«
Hickman y Brisson se llevan a este peculiar grupo al espacio en el afán del primero de desperdigar a los mutantes por todas partes (la Tierra, Avalon, el espacio Shi’ar…) en esta nueva y expansiva etapa. El punto de partida es una suerte de rescate que parece más un road trip montado con prisas por un grupo de viejos amigos que llevaban tiempo sin verse. Aunque en esta primera entrega no da tiempo a verlo, se adivina que las relaciones entre los miembros de este numeroso grupo han de volver a definirse y en ello va a radicar gran parte del atractivo de esta obra. En ello y en los conflictos que resuelvan (o más bien generen) a años luz de la Tierra. Porque los mutantes de esta colección pueden haberse hecho mayores, pero siguen siendo igual de impulsivos y eso se traduce en kilotones de comedia, pero también en multitud de problemas.
Lo mejor de este primer número es que enseguida nos mete en faena. Al contrario de lo que os contara con Patrulla X, Nuevos Mutantes no pierde apenas tiempo en mostrarnos lo bien que le van las cosas a los mutantes en Krakoa. Los personajes parten de allí, sí, pero muy pronto los vemos en una nave rumbo al espacio infinito y a las más que probables aventuras. El hecho de que Hickman haya escogido a esta serie como el segundo pilar de Amanecer de X me intriga, porque la colección desprende el aroma de esas series pequeñitas que juegan en los márgenes de la continuidad, pero conociendo al autor, nada de esto que hemos leído será casual y habrá que prestar mucha atención a los líos en los que se metan estos ocho (y creciendo) personajes a partir de ahora. No es que me vaya a quejar yo de tener que disfrutar por el camino de una serie así de fresca.
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