«Claro que sí, el chico sabe cuidarse solo«

Ha llegado el momento de darle la vuelta a la tortilla. El desquiciado Donald Blake ya lleva demasiado tiempo suelto por Midgard haciendo de las suyas y cargándose a versiones alternativas de Thor, así que toca reunir a la caballería y enseñarle modales a este pobre loco. Pobre loco porque la verdad es que me da un poquito de pena, pese a su locura salvaje. Poneos en su lugar: nacéis creyéndoos humanos, pero con un don especial que os hace intercambiar vuestro cuerpo con el de un dios de la mitología nórdica cada vez que golpeáis con vuestro bastón en el suelo. Sin embargo, un buen día descubrís que, lejos de ser un hombre más, no sois más que un mero señuelo, una creación sin apenas importancia real, que un buen día es desechada y recluida en una jaula de oro.

Con grandes diferencias, me recuerda Blake a los patryn de la colección de novelas fantásticas del Ciclo de la Puerta de la Muerte. Estos personajes, seres de gran poder y magia, eran recluidos en un laberinto amable que ejercía las veces de cárcel para pagar por una serie de pecados, pero en un momento dado los carceleros desaparecían, el laberinto se volvía en contra de sus huéspedes y estos se veían obligados a endurecerse para sobrevivir a la vez que trataban de llegar al final para buscar y vengarse de sus captores. El antiguo alter-ego de Thor busca venganza y quizás tenga algo de razón en ello, pero ha dirigido su ira contra todos los Thors cuando su creador es bastante más responsable que todos estos guerreros amartillados.

«No tienes ni idea de lo que acabas de desatar«

Y es de hecho con su creador con quien nos encontramos en este Thor #13 (#120). En el número anterior Jane Foster partía en su búsqueda para encontrárselo borracho en un bar en mitad de la nada y en la entrega de este mes descubrimos que la jubilación no le ha sentado del todo bien al padre de todos (demasiado fácil había sido esta transición de poderes asgardianos) y que a la nueva Valquiria apenas le cuesta un par de minutos convencerle de que su lugar está en el campo de batalla, para tratar de salvar a su hijo del loco psicópata que trata de acabar con todos.

Thor #13 (#120)

Esta estrategia de «¡que me chivo a papá Odín!» le sirve a Donny Cates para seguir siendo tan macarra como siempre y plantar al antiguo rey de los asgardianos con una nueva y metalera armadura negra muy a juego con el tono de esta etapa. Aunque para metalero metalero, el final de este capítulo, que ya nos enfila hacia el cierre de este arco y nos promete una nueva ensalada de tortazos tan del gusto de este autor. ¿Solucionará este enfrentamiento los problemas actuales del Thor con su martillo? Supongo que eso lo veremos tras la sentencia que se dicte contra el pobre loco de Blake, pero mucho me temo que esto no ha sido sino otro paréntesis mientras que el autor decide cuándo y cómo pone sobre la mesa la verdadera amenaza para el dios del trueno en ésta su etapa.