X-Force #2

X-Force #2: A veces sí, a veces non

X-Force #2«¡Luchamos por nuestro orgullo nacional!«

 

Dos meses han pasado desde el primer número de la colección que escribe Ed Brisson. Dos meses que hacen un poco complicado seguirle el hilo a una serie que juega en la liga de las producciones menores, pese a que trata temas que, como hemos podido leer en La Imposible Patrulla-X, afectan al presente y al futuro de los mutantes en este mundo que les odia más que nunca desde que Nate Grey tratara de ‘arreglarlo’ como regalo final antes de su muerte. Es por ello que uno desembarca en X-Foce #2 un tanto desubicado y con la sensación de que se va a perder cosas. El instinto me llama a buscar la primera entrega para refrescar la memoria, pero quiero ver cómo soporta la serie mutante una lectura que tire tan sólo de lo que me queda en la cabeza.

 

El resultado es agridulce. Las primeras páginas me suponen un suplicio. Porque, a pesar de que Panini se haya esforzado en dejarnos un breve resumen, me cuesta no mezclar lo que está ocurriendo aquí (unos parias que rescatan a otros parias de una prisión) con lo que pasa en la serie que ha heredado Matthew Rosenberg (Cíclope y Lobezno haciendo de parias y rescatando a… Bueno, ya sabéis como va). A esto hay que añadirle que únicamente hemos leído un número de esta serie y poco más hemos avanzado en la de las dos viejas glorias, así que, aunque más adelante se diferencien, aún pesan más sus semejanzas.

 

«Es un fastidio luchar con alguien que puede predecir el futuro«

 

Sin embargo, muy pronto se me pasa esa mala sensación. Brisson se va desmelenando conforme avanza esta nueva colección y nos muestra una faceta suya que no había visto en su Viejo Logan ni en eXterminio. El humor que vierte en X-Force es tremendamente macarra y uno se olvida rápidamente de sus prejuicios para disfrutar de esta colección de retales causando caos y destrucción en el ficticio país de Transia. El joven Cable conserva lo suficiente de su contrapartida adulta como para resultar reconocible, pero rápidamente se revela como el crío que es y resulta entre enternecedor y patético, Dominó (cuya serie retomaremos en breve por estos lares) parece estar cuidando de un rebaño de perturbados, Estrella Rota y Sendero de Guerra dan la impresión de haberse apuntado sólo por la posibilidad de peleas… Y luego llega Bum Bum, uno de los personajes más recurrentes de la colección y una de las cabezas más locas de la galaxia muti.

 

X-Force #2

X-Force #2

 

El dibujo de Dylan Burnett le sienta de maravilla a este cacao de trompazos, matanza y chascarrillos. Su estilo, casi caricaturesco, incide en el sentido del humor de la obra y tiende a ridiculizar a unos villanos que, por otra parte, son aterradoramente realistas (el general de Transia suelta una retahíla de tópicos que no hacen sino recordarnos a algunos discursos que llevan meses y años sonando en nuestro país y en Europa). Con todo, me parece que esta serie se habría beneficiado en España de una edición en tomo al estilo de los 100% Marvel que nos permitiera disfrutar de cada uno de sus arcos de una tacada sin tener que andar confiando en los resúmenes de la editorial y en nuestra desgastada memoria.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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