«Podría beber hasta que desaparecieran los números, el dolor, el mundo«

Benjamin Percy nos está contando entre ésta y la serie de Lobezno varias caídas en el infierno por parte de sus diversos protagonistas. Todo parece ir abonando el camino para la el próximo apocalipsis al que tengan que hacer frente los mutantes, pero por el camino nos está dejando con un Lobezno convertido en marioneta de un Hank McCoy completamente fuera de sí, nos está dejando también con una Sabia entregada al alcohol para huir de las incómodas verdades que se retuercen justo bajo su propia vigilancia, con una Dominó cada vez menos a gusto en una organización que la usa de carnada… Si en la serie del mutante de las garras de adamántium todo parece dirigirse a un enfrentamiento entre amigos de antaño, en esta serie todo parece abocar a una gran caída, que afectará al resto de series mutantes casi con toda seguridad.

Nos enteramos en esta entrega que Bestia lleva meses construyendo una enorme prisión en la que ir encerrando a los enemigos de Krakoa a los que el propio país insular no ha llegado a identificar. Esto nos viene a sugerir que el desfase de Bestia hacia su vertiente más oscura lleva produciéndose desde mucho antes de lo que nos esperábamos. Y en este punto ya no sé si seguir creyendo en mi teoría acerca del intercambio entre Bestia Oscura y el Hank de toda la vida o si, por el contrario, seguimos contemplando la paulatina conversión del amable estudiante de Xavier en un villano con todas sus letras. Las acciones y las consecuencias de las mismas son cada vez más complicadas de sostener bajo un simple ‘el fin justifica los medios‘ y tarde o temprano todo esto tiene que caer bajo su propio peso.

«Estamos del lado de quien nos paga, nena«

La excusa en esta ocasión es el pirata Sevyr Blackmore, al que conocimos hace meses en la cabecera de Lobezno. Su presencia, junto con las de Solem y Rebelde, vuelve a incidir en la necesidad de leer las dos cabeceras de Percy juntas y en orden. Esto, que puede mosquear (y con algo de razón) a algunos lectores (nos obliga a gastar seis pavetes cada mes en seguir al día), se convierte en una herramienta para que el autor pueda construir historias más profundas, interconectadas y cohesionadas. Hasta el punto de que la portada de este mes es más un vacile que algo que podamos ver en su interior, una manera de engañar a quienes aún no hayan leído la grapa de Lobezno de este mes y aún no saben lo que está haciendo Bestia con Logan sin su consentimiento.

X-Force #30: Destino de X

Crossovers con Vengadores y Eternos aparte, las series de la galaxia mutante están manteniendo (con excepciones, sí Nuevos Mutantes, te miro a ti) un nivel verdaderamente alto en esta segunda parte de Destino de X. Concretamente, las dos que escribe Benjamin Percy se van encaminando por fin hacia la puesta en común de los mecanismos secretos que las han ido haciendo avanzar durante todos estos meses. Personalmente, estoy disfrutando como un crío de todo lo que se nos está proponiendo, por más que lo veo encaminarse cada vez más hacia un infierno del que ya veremos cómo se levanta cada uno de los personajes implicados en ellas.