«Si eres lo bastante inteligente y paciente en tu planificación, tu obra podría sobrevivirte«
En medio de la que le está cayendo este mes a la totalidad de los mutantes del Sistema Solar encontrarnos con la cachondada que se ha montado Benjamin Percy en X-Force es hasta tranquilizador. No nos engañemos: el viaje a través del tiempo del equipo de Sabia tiene poco de divertida aventura y mucho de supervivencia extrema a la vez que se da caza a algunas de las muchas copias que Bestia ha guardado de sí mismo bajo multitud de grandes monumentos de la humanidad para evitar que su eventual fracaso suponga el final de sus planes de supremacía mutante… o de lo que se suponga que pretende este tipo desquiciado que ha tomado el lugar de la esponjosa y achuchable Bestia de toda la vida. Pero lo cierto es que ver a un Quentin Quire (o lo que sea en que se ha convertido este personaje) viejo y chocheante al frente de un grupo de poderosos guerreros desubicados y perplejos está siendo divertido. El chiste durará poco (el mes que viene cerramos esta trama), pero sirve como una especie de contrapunto luminoso a toda la podredumbre que hemos estado leyendo recientemente en las colecciones mutantes que Panini publica en nuestro país.
Lo que se esconde tras este Viejo Omega es una sorpresita que nos deja helados, pero que, de algún modo, abre la puerta a la recuperación de este personaje a corto o medio plazo (dependiendo del ánimo de los guionistas de la parcela mutante). Y para mí eso son buenas noticias. Me daba bastante pena que, tras experimentar por fin toda la evolución que no pudieron (o supieron) darle los guionistas que tomaron el relevo de Jason Aaron al frente de las juventudes mutadas, Quire se hubiera sacrificado por el equipo sin dejar tras de sí ni tan siquiera a una desconsolada pareja (lo de su ruptura con Phoebe es de locos). Que exista la más mínima esperanza de recuperarle me basta. Por el momento.
«Puedo ver dentro de esa mente enferma tuya«
En el otro lado de la balanza está Hank McCoy. En una conversación entre Dominó y Coloso se pone sobre la mesa el que ha sido el principal rumor entre los lectores durante meses: que la Bestia Oscura salida de la Era de Apocalipsis tomó el lugar de nuestro héroe y ha estado campando a sus anchas por Krakoa desde entonces. Eso, entre otras cosas, nos ayudaba a entender la reticencia del personaje a pasar por los protocolos de resurrección. Sin embargo, ya fue el propio Siniestro, al principio de su propio arco argumental, quien nos dio una pista de que esta teoría no se sostenía. Y más tarde ha sido el propio Hank el que nos ha demostrado que si no quería pasar por la resurrección mutante era, básicamente, para que nadie descubriera que se había quedado con todas las copias de sí mismo que había en Cerebro, sacándose a sí mismo del sistema para sus propios fines.
Lo de Bestia es triste, pero ya hemos hablado bastante de ello (y aún nos queda tela que cortar en la serie de Lobezno). De la misma conversación entre Dominó y Coloso también se puede extraer una segunda y terrible lectura. El gigantón ruso apela al pasado de Bestia, a sus heroicidades y al cariño que le tuvimos todos e, incluso, llega a hablar de una mano negra controlando al ahora villano mutante. Sin embargo su confidente no da pie al perdón de alguien que se ha dedicado a experimentar con cada uno de ellos y que ahora dirige sus propias actividades acompañado por un ejércitos de clones suyos y de Lobezno. Casi mejor entonces que Dominó no llegue a enterarse nunca de lo que le está ocurriendo a su amigo, manipulado desde hace meses por su hermano desde Rusia. Puede que tampoco haya perdón para él entonces como no lo parece haber ahora para el que fuera líder de los X-Force.
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