«Ver el laboratorio… ha abierto un cerrojo en mi cerebro«
No creo que todos los autores de cómic estén hechos para escribir historias sobre Lobezno, igual que no todos lo están para el Capitán América o Ms. Marvel. Algunos lo intentan movidos por su amor por el personaje y su historia y lo más que logran escribir son historias que se parecen quizás demasiado a las que hemos leído tantas veces ya en el pasado, las mismas que ell@s mism@s leyeron una vez en los cómics de la Casa de las Ideas, antes siquiera de soñar con trabajar en esta industria. Otros, sencillamente, se centran tanto en la parte violenta del personaje que olvidan que para Logan la verdadera violencia va por dentro, a través del castigo que supone recordar todas y cada una de las muertes que ha infligido y todo el dolor y la miseria que ha repartido entre sus víctimas, las que se lo buscaron y las que no. Sin embargo, de cuando en cuando aparece alguien que no sólo ama al personaje, sino que hace un verdadero esfuerzo por comprenderle y, a partir de este conocimiento, logra construir verdaderas historias que homenajean el pasado del mutante a la vez que lo lanzan a un futuro prometedor.
Benjamin Percy es uno de estos autores. Desde que ha cogido las riendas de su colección (y de la serie de X-Force) Lobezno ha sangrado y desgarrado a lo largo y ancho del globo, pero también se ha echado gel hidroalcohólico para proteger la vida de una niña, se ha tomado unas cervezas con un padre soltero, ha cazado una ballena y ha hecho surf jugándose la vida en una vana esperanza por sentir algo de peligro que le ayude a permanecer alerta. Toda esta galería de matices nos habla de un personaje por el que el guionista siente un especial afecto, afecto que ahora vemos reflejado en X Vidas / X Muertes de Lobezno: todo un monumento a la vida y milagros del héroe, pero que no se limita a ello, sino que construye un nuevo futuro para el personaje y para el resto de los personajes de la galaxia mutante que publica en España Panini.
«Los mutantes han fracasado siempre…«
Las dos series que estamos leyendo de forma frenética (entre ambas sumamos cuatro números al mes de lectura) hacen precisamente las funciones que relataba en mi párrafo anterior. X Vidas de Lobezno es un pormenorizado recorrido por la vida del mutante de las garras de adamántium desde que era un adolescente descerebrado y hasta su iluminación samurái pasando por sus tenebrosos años como mercenario en compañía de Dientes de Sable y Rebelde. Sí, hay un Rojo Omega de por medio tratando de asesinar a Charles Xavier o a su inmediato ascendiente, pero eso lo dejamos para los momentos de cortar y acuchillar (o al menos eso hacemos hasta X Muertes de Lobezno #4 (#123), en el que el drama y la historia caminan de la mano), quedando el resto como llamadas a conocer el rico pasado del personaje sin descuidar el impacto sobre su futuro y su presente que pueden estar teniendo las curiosas decisiones que está tomando.
La parte de X Muertes, sin embargo, se centra en construir un nuevo futuro para la raza mutante más allá de Jonathan Hickman. En este cómic la verdadera protagonista es Moira, pero el guionista le reserva un papel estelar no sólo a Lobezno, sino a sus personajes más cercanos (Lobezna, Exploradora y Daken) de cara a la resolución de la serie, que llegará el mes que viene, así como la reconstitución de todas las colecciones de la galaxia mutante.
X Vidas / X Muertes de Lobezno queda, pues, no sólo como un homenaje al pasado de un héroe único, sino como la primera piedra de los cimientos sobre los que se ha de construir la nueva historia de los krakoanos a partir de ahora y en adelante.
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