«¿Cómo iba a imaginar que vendrían volando?«
Mucho ha llovido y aún más sol de justicia ha caído desde que reseñamos por aquí un número de My Hero Academia. Desde entonces el manga de Kohei Horikoshi se ha mantenido fiel a los estándares del shonen manga, lo que a un mundo de distancia le ha valido para estrenar anime y llegar al poderoso mundo de los videojuegos. Además, aparte de tocar algunos temas interesantes y seguir progresando en la formación de los alumnos (Deku comienza por fin a comprender cómo controlar su enorme fuente de poder), el manga nos dejó en su número anterior con una saga realmente emocionante en la que los villanos vuelven a hacer acto de presencia, pero esta vez van directos a por los alumnos en lugar de a por All Might.
Aunque el grueso de las peleas lo vimos en My Hero Academia #9, es en este décimo número cuando la acción alcanza su punto álgido y comenzamos a ver hacia dónde se dirige toda esta gigantesca trama. Es ahora cuando por fin parece que Horikoshi comienza a decidirse por dónde quiere llevar a su principal ‘malo’ y cómo quiere tratar a sus personajes principales, aún así, en esta entrega volvemos a ser testigos de algunas de las debilidades de este mangaka (de las que hablaremos más adelante), pero en general, la saga del campamento de verano puede pasar como una de las mejores de lo que llevamos de serie.
«Los héroes actuales están muy encorsetados«
Diez números dan muy bien para saber si uno va a seguir una serie hasta el final o no. En mi caso, My Hero Academia, sin haberme presentado nada excesivamente rompedor, me divierte y entretiene. Sus personajes son carismáticos y las tramas tienen los ingredientes que nos encantan a los europeos cuando leemos shonen, ¿qué mas iba yo a pedir? También se aprecia en el autor una voluntad de introducir las maneras del cómic americano en el tebeo japonés. Si lo consigue o no eso ya es otra cuestión, pero aunque sólo sea por abrir la puerta a futuros autores que apuesten por esta idea, ya merece nuestra aprobación.
La manera en que el autor comienza a resolver la trama, sin embargo, me genera dudas. El personaje de Bakugo es de los que menos han evolucionado desde el principio del manga y ahora, que por fin parecía que iba a ‘disfrutar’ de la atención que merecía, Horikoshi le trae rápidamente a la caballería pesada y su importancia vuelve a diluirse una vez más. Comparándolo con otras némesis del manga. Bakugo puede ser un Vegeta o un Sasuke, pero la manera en que lo están tratando lo convierte en un vulgar Ishida (sólo los otakus entenderán esta referencia… pero si ya has llegado al tomo diez y no la pillas…). Deku cada vez es más importante, sus amigos son cada vez más pequeños recursos cómico-argumentales y esto, a mi entender, mata gran parte del interés por una serie. Cierto que no todas pueden ser One Piece, pero hasta Krilin tenía sus peleas y sus momentos de gloria en Dragon Ball.
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