Planeta Cómics ha respondido a nuestras plegarias y se ha lanzado a la publicación de las aventuras de Red Sonja en nuestro país. Como ya he comentado en alguna ocasión, desde aquella línea de Panini llamada Cult Comics y la etapa de Brian Reed y Michael Avon Oeming (que recogió la misma editorial en nueve tomitos en rústica) no habíamos vuelto a saber de la Diablesa de la espada salvo en muy contadas ocasiones. Y casi siempre de versiones alternativas o en historias muy concretas (ahí están los casos de Legenderry o de Conan/Red Sonja).
La editorial ha apostado por traer el volumen en curso de la serie regular, dejando para más adelante -quién sabe- la etapa de la guionista Gail Simone o la de madrileña Aneke a los lápices. En su lugar nos presetan el primer tomo recopilatorio de las aventuras narradas por Amy Chu y el dibujante Carlos Gómez. Unas aventuras que traen a Red Sonja hasta la Nueva York de la actualidad.
Sin ser una experiencia nueva para la guerrera (no hay más que recordar sus dos aventuras compartidas con Spiderman), sí que funciona como escenario ideal para atrapar a nuevas generaciones lectoras. Con Red Sonja ocurre como con Conan, son personajes que tenemos perfectamente integrados en nuestor imaginario y no necesitamos muchas referencias para poder disfrutar de sus historias. Aquí además se da la particularidad que Sonja ha sido desplazada de su tiempo, se encuentra en un entorno que no conoce y sin aliados tradicionales a los que solicitar ayuda o consejo. Así, de primeras va a estar tan perdida como pudieran estarlo Jean Reno y Christian Clavier en Los Visitantes (1993).
Es tal la cantidad de información que tiene que procesar la protagonista y el número de oportunidades para que Amy Chu pueda jugar con el choque cultural, que no queda tiempo para perder en referencias que enturbien la lectura. También es cierto, que, al menos en los últimos años, tanto las series regulares de Red Sonja como sus miniseries han sabido mantener cierta independencia unas de otras. En las primeras páginas se presenta la amenaza de turno y a partir de ahí Sonja tenía que buscar la forma de acabar con ella. Pero cualquiera podía leerse una serie por aquí o una saga por allá. Lo que prima es la aventura, no la supuesta continuidad.
Y esto sucede igual en este tomo, A mundos de distancia. Amy Chu sintetiza muy bien la información más relevante y desde el principio sienta cuáles van a ser las claves de su etapa. Podemos hincarle el diente a esta Red Sonja sin tener en cuenta nada de lo anterior. Superados los temores acostumbrados en Marvel o DC Comics, lo que nos proponen Chu y Carlos Gómez es una aventura de acción terriblemente entretenida, sabe explotar el humor que ofrece el contraste entre la vida de la mítica Hyrcania y las urbes del siglo XXI e ironizar acerca de los tópicos sexistas que rodean a la vestimenta de la protagonista, y sin que ello distraiga de la historia principal.
Amy Chu busca que la aventura en la época actual tenga largo recorrido y se preocupa en dotar a Sonja de un nutrido grupo de personajes secundarios que la puedan apoyar y dinamicen las tramas. Teniendo a Kulan Gath como principal amenaza, la autora también es consciente de que no puede tirar de él eternamente, con lo que siembra el terreno para los peligros que están por venir. ¿Y qué hay más malvado en el mundo que las grandes corporaciones? Así, no falta la pertinente capa de crítica que enriquece la obra y cimenta la cronología creada en la propia historia para sus personajes.
Echábamos de menos a la Diablesa con espada. Y después de leer este A mundos de distancia, solo esperamos que se quede con nosotros mucho tiempo.
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