¿Qué mejor manera de celebrar la largamente esperada reunión de Los 4 Fantásticos (de toda la familia) que regalando una historia a los aún infantes pero prometedores héroes? Ryan North lo tiene claro y en Los 4 Fantásticos #16 cede el testigo a los retoños fantásticos para que puedan ir haciéndose a las dinámicas con las que juega la actual etapa.

«Apoyo la valoración de mi hermana. Eso parece objetivamente chachi»

A partir de un simplísimo planteamiento, el primer día de clase en el nuevo colegio y los primeros deberes, el guionista (junto a un Francesco Mortarino al que no nos importaría volver a ver demostrando su arte en la colección) elabora toda una aventura que ya querrían para sí muchas producciones de corte juvenil. Una aventura que tampoco tiene nada que envidiar a las protagonizadas por los adultos a lo largo de esta estimable etapa. No hace falta que el mundo esté en peligro (que lo está) para hacer un buen tebeo con personajes Marvel.

El heroísmo y el drama desaforados dan paso a un relato en el que el ingenio de los jóvenes protagonistas y su compañerismo son el motor de una divertida trama que puede emparentarse con clásicos como S.O.S.: Equipo azul o Exploradores. North, que ya venía homenajeando los modos de las antologías televisivas de los 60 y 80 (con la mítica The Twilight Zone a la cabeza), aquí explora las aventuras juveniles que encandilaron a todos aquellos niños de los 80 y 90 (el propio North entre ellos) con títulos como Los Goonies o Los bicivoladores.

Después de leer este número no podemos pensar en otra cosa que no sea en una serie (nos conformamos con una pequeña miniserie) protagonizada por los pequeños Richards y Grimm.

Es una pena que después de una historia tan divertida, Los 4 Fantásticos #17 no termine de enganchar de igual manera. Como sucediera al inicio de la etapa, North parece querer dedicar estos primeros números a algunos de los personajes por separado en lugar de hacer aventuras corales que aglutinen a todo el grupo (que ahora con los niños y la nueva mascota perruna es prácticamente un equipo de fútbol). Así, si en el capítulo anterior tuvimos a Valeria liderando a su generación, este tiene a Sue y Reed como protagonistas.

De nuevo, un inicio prometedor con un misterio de los que darían para todo un arco de cuatro o cinco episodios, pero que el guionista (aquí con el español Carlos Gómez) lo condensa en apenas 24 páginas, lo que ocupa una grapa. La portada de Alex Ross, con una pareja de arqueólogos estudiando un esqueleto que porta el símbolo de los imaginautas, ya nos da las pistas necesarias para saber a qué nos enfrentamos. Pero, además, en un exquisito ejercicio de continuidad, conecta con una de las historias primigenias de la colección (recogida ya en la Biblioteca Marvel de Panini Cómics. North demuestra tener al día los deberes y -a algunos- nos da la esperanza de que con el tiempo «arregle» la última herencia que dejó Dan Slott respecto a Franklin Richards. Pero esto ya es otra historia.

Volviendo a Los 4 Fantásticos #17, el problema que se presenta es que entran en juego determinados conceptos respecto a los viajes temporales que no acaban de clarificarse del todo. Las normas internas de estos resultan complejas y su aplicación se resumen en un «todo vale» con tal de que el conflicto se desarrolle y la amenaza para Reed y Sue sea real. A nivel de coherencia (sobre todo con el personaje afectado) la propuesta tan endeble como efectista y a nada que os guste que los argumentos estén bien justificados vais a arquear una ceja. En este sentido, número flojo, pero igualmente entretenido.