«No has entrenado. No eres un cazador«
Corría el año 1987 cuando a un cuarentón Joel Schumacher (al que aún le quedaban unos años para destrozar el concepto de Batman en el cine) se le ocurrió rejuvenecer el concepto de los vampiros para hacer de ellos pandilleros californianos sexys y carismáticos. Para ello reuniría un troupe de la que, a día de hoy, básicamente podemos recordar a Kiefer Sutherland y que daría vida a una cinta que salió directamente para la televisión y que se considera ya un clásico de culto dentro del género del cine de terror. Luego, el ansia revisionista del ser humano y las ganas de sacar dinero de debajo de las piedras de los productores harían que dos secuelas en 2008 y 2010, cuando ya sólo los hermanos Frog (Corey Feldman [Los Goonies, Gremlins] y Jamison Newlander [cuyo último trabajo con cierta relevancia ha sido su breve aparición en Bone Tomahawk]) se atreverían a volver a interpretar sus papeles, aún con todo lo que ha llovido desde entonces.
Pero el mundo del cómic tiene la propiedad mágica de que, si uno quiere, el tiempo quede quedar suspendido en una época determinada. Así, en 2017, treinta años después del estreno del filme, Vertigo le encargó a Tim Seeley (aprovechando su actual contrato con DC) una miniserie que rindiera homenaje a la película de los ochenta. Y Seeley, que si hay algo por lo que sienta debilidad es por el frío cuerpo de los no muertos, no pudo decir que no. Así que, acompañado de Scott Godlewski (dibujante especializado en el terror con títulos como el Drácula de BOOM! Studios o The Dark & Bloody, que ha escrito para la propia Vertigo) se pudo manos a la obra para traer a la vida a una secuela directa que obviase los engendros de videoclub de hace ahora diez años. Esta misma miniserie es la que ECC nos trae ahora en forma de tomo recopilatorio, para nuestro disfrute.
«Ya no te quedan estacas, ni agua bendita, ni luz solar«
Seeley no puede evitar ser él mismo y eso se nota desde la primera página. Para los que seguimos con entusiasmo sus evoluciones en la serie Revival (en serio, ¿qué hacéis que no os la estáis leyendo ya?) resulta obvio que el autor calca bastantes de sus dejes y vicios en este cómic, cambiando los fríos bosques invernales del norte rural de Estados Unidos por las cálidas costas californianas. Pero lo cierto es que, si algo funciona como un tiro, ¿para qué cambiarlo? Por otro lado, el guionista trabaja en esta ocasión con un grupo de personajes que ya le viene dado y que, además, tiene un rango de edad y preocupaciones muy distinto al de los principales caracteres de la obra que publica Aleta en España. Aún con eso, el lenguaje y los modos de Seeley se notan mucho en los protagonistas de esta historia de vampiros.
Tiene un aspecto negativo y otro positivo esta obra que parten del mismo punto. Por una parte, cuesta entrar en el cómic de Jóvenes Ocultos si no te has visto antes la película, Sam, Michael, Estrella y los hermanos Frog aparecen sin necesidad de presentarse y, claro, eso puede descolocar al neófito. Además, se hacen varias referencias al filme (cuyos hechos son inmediatamente anteriores lo que ocurre en este tomo). Sin embargo, al tratarse de un tebeo de acción y terror por encima de todas las cosas, al lector no le cuesta demasiado trabajo rellenar los huecos, bien con lo que cuentan los personajes o bien por lo que cada uno de nosotros construimos en nuestra imaginación.
Jóvenes Ocultos no pasa de ser un homenaje divertido y bien escrito a una cinta de hace treinta años, pero bien vale sus trece eurillos y uno echa un muy buen rato leyendo otra de las obras en las que, contra viento y marea, Tim Seeley se mantiene fiel a su estilo.
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