Misión Imposible: Sentencia Final

Misión Imposible. Sentencia Final: El legado de Ethan Hunt

Ethan Hunt se despide (o no) de todos nosotros con Sentencia Final, continuación directa de Sentencia Mortal (de hecho, en origen iba a titularse Sentencia Mortal – Parte 2), es un extenso epílogo que celebra y conecta buena parte de las películas que han marcado la historia del personaje y sus misiones imposibles. Dos aspectos que condicionan y marcan tanto el desarrollo del filme, como la experiencia de su público.

 

Misión Imposible: Sentencia Final

 

Sentencia Mortal presentaba a un villano digital (llamado La Entidad), pesadilla autoconsciente al más puro estilo Skynet, cuya derrota pasaba por obtener una llave cruciforme con la que abrir el «cofre del tesoro» que escondía su «kriptonita». Una frenética y espectacular yincana de secretos y traiciones como solo la dupla Cruise-McQuarrie saben hacer. Cosas del negocio, lo que podría haberse concretado en una única película terminó derivando en dos, con la primera resolviendo la prueba relativa a la llave y exponiendo las motivaciones de todos los implicados.

 

Esto dejaba para Sentencia Final la búsqueda y obtención del mencionado cofre. Casi tres horas para encontrar un cofre y usar lo que hubiera en su interior. Demasiado espacio para tan poco contenido, lo que se traduce en numerosos momentos valle y relleno en forma de redundancias o secuencias estiradas. Más no suele ser mejor. Parte del problema radica, precisamente, en que Sentencia Final no se entiende como película independiente, está tan apegada a la anterior entrega que no funciona como título autónomo.

 

Misión Imposible: Sentencia Final

 

Estas debilidades a nivel argumental (trama heredada y con poco margen para aportar, así como motivaciones y arcos de personajes ya cerrados) intentan parchearse con la asunción de Sentencia Final como epílogo de la saga, estableciendo lazos con toda ella desde el filme de debut, allá por 1996, con Brian de Palma al frente de la dirección. Porque lo que hace Sentencia Final es un ejercicio de retrocontinuidad para resignificar escenas y momentos clave de la franquicia de tal forma que las ocho entregas funcionen como una novela río.

 

Y aunque el ejercicio es interesante, erra en tiempos y sobreexplicaciones. De partida, al presentarse como desenlace de toda una saga con 30 años a sus espaldas (además de continuar los acontecimientos de la anterior cinta) impone un obstáculo a cualquiera que pueda llegar de nuevas atraído por el protagonismo de Tom Cruise pero que, por lo que sea, no ha visto las primeras películas (algo muy factible para las nuevas generaciones, pues la original -atendiendo a sus años- entraría ya en la categoría de clásica y a una parte importante de la audiencia suele costarle experimentar visionados de más de diez años atrás).

 

Misión Imposible: Sentencia Final

 

Si a eso le añadimos que al poco de empezar la narración tenemos un greatest hits de la saga, no solo desconectas a ese nuevo potencial público (que no tiene ese contexto previo), sino que deprecias el impacto emocional de quien sí ha visto crecer a los personajes. ¿Por qué? Porque has malgastado un recurso que dos horas después, llegado el clímax dramático, te hace falta para apelar al corazón de ese público fiel. Y esto es algo que se va a arrastrando a lo largo de la historia con guiños aquí y allá que se van subrayando una y otra vez. Es decir, el machaque redundante a los anteriores filmes desconecta a un público que no ha empatizado con los personajes y satura a quienes sí porque no necesitan ver tres veces la misma escena recordada.

 

A Misión Imposible: Sentencia Final le falta concreción. Ese es su gran problema. Porque los elementos para ser un broche brillante y no solo un digno broche están todos ahí. Por una parte -teniendo en cuenta que su filmación principal fue simultánea a la de Sentencia Mortal- podía aprovechar la inercia de la anterior entrega, de ritmo frenético y divertida pero sin perder la gravedad de la trama, poniendo toda la carne en el asador desde los primeros compases.

 

Misión Imposible: Sentencia Final

 

Por otra parte, cuenta con dos de las set pieces más emocionantes de toda la saga, una, en el interior de un submarino, pausada pero terriblemente angustiosa, de las que te tienen al borde del asiento y cruzando los dedos; y otra, la de las avionetas vista durante la promoción del filme, que es puro Misión Imposible: física, ambiciosa, divertida, espectacular, desenfrenada… Y por último, no menos importante y entroncando con ese legado, establece una conexión con una icónica escena -quizás la más icónica de todas- que no solo toca la fibra del fan, sino que un perfecto enganche en la trama, gozando de un destacado peso narrativo.

 

Y con todo, aciertos y vaivenes varios, Misión Imposible: Sentencia Final se hace grande en su objetivo de revivir a la veterana franquicia. Quien llegados los créditos finales no sienta la pulsión de ver las anteriores entregas y tararear su mítica sintonía desde el principio, miente.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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