El evento de la temporada dentro del cosmos supermanero comienza en este segundo tomo que une los caminos (heroicos y amorosos) del Hombre de Acero y la Diosa de la Guerra. Superman y Wonder Woman pelean sin cuartel contra los kriptonianos Zod y Faora para evitar una invasión de La Tierra desde la Zona Fantasma.

 

Charles Soule continúa tejiendo una historia más cercana a las series capitaneadas por Clark Kent, interesadas en tramas repletas de acción y espectaculares batallas, que al tono más personal que le ha dado Brian Azzarello a la amazona, donde lo realmente importante son las relaciones entre los personajes. En el fondo, lo mismo que sucede con La Liga de la Justicia y en todas las que aparece el último hijo de Kriptón, más dado a repartir estopa que al diálogo.

 

La mera presencia de Superman ya condiciona el tipo de relato al que se enfrenta el lector. Reconozcámoslo, por muchos matices y profundidad que quieran sacarle sus acérrimos defensores, la creación de Jerry Siegel y Joe Shuster, en su concepción canónica y oficial (sacamos de la ecuación pues, las encarnaciones alternativas de la misma), es de una simpleza terrible. Siendo el superlativo de la perfección sus limitaciones como personaje salen a relucir a la mínima oportunidad y solo es posible ofrecer una falsa máscara de complejidad cuando se le somete a algún tipo de estímulo externo que le nuble momentáneamente. Incluso la apariencia indignada que quiso darle Grant Morrison al comienzo de sus aventuras en el contexto de los Nuevos 52 pronto se desvaneció. La tradición en el emblema de DC Comics pesa, y mucho. Superman es, a fin de cuentas, un héroe tremendamente pulp, un personaje en el que el icono se superpone a todo, de ahí que lo que prime sea la aventura, por encima de cualquier otra consideración.

 

Aceptada la inevitabilidad y tras dos tomos (compuestos por siete números USA), buscar algo diferente o novedoso en una serie como Superman/Wonder Woman (más allá de la decisión de profundizar abiertamente en la relación Diana-Clark, como ya hablamos en el volumen anterior), es casi una quimera. Su intención última es la de juntar a dos de los titanes de la editorial y dejar que den rienda suelta a sus poderes sobrehumanos poniéndolos cara a cara con lo peor del universo DC. En este sentido, la presentación de Juicio Final y los dos militares kriptonianos como primerísimos enemigos de la pareja no puede reforzar más esa declaración de intenciones.

 

 

Esta segunda entrega de la colección sirve de preludio al inminente evento que implicará a Superman y su familia, Condenado, tal y como ya señalamos al principio del artículo, siguiendo con algunas de las ideas planteadas en el primer tomo, aunque dándole algunos matices. Así, esa impresión de que “detrás de cada mujer hay un hombre más sabio y más fuerte para protegerla” sale reforzada, aún cuando Wonder Woman se esfuerza por mostrarse como una igual. Da lo mismo. Los “valores” del llamado Hombre del Mañana le obligan a protegerla de todo y todos, como si la Diosa de la Guerra no fuera capaz de hacerlo por sí misma. Un serio problema de machismo (las cosas claras) que el guionista aborda directamente en una conversación entre los dos afectados, pero como ya sabemos, las palabras se las lleva el viento y las buenas intenciones de enmendar la situación se quedan en eso, en buenas intenciones. A modo de ilustración sirva el doble enfrentamiento entre Zod/Faora y Clark/Diana. En un primer momento Kent es superado por sus congéneres y la de Themyscira les da un buen rapapolvo casi sin despeinarse. La evidente inferioridad de Superman ante su aliada se justifica por la falta de experiencia en combate del primero, y en el segundo asalto los machos, presuntamente más fuertes, pelean entre sí, y las féminas han de hacer lo propio por su lado, no vaya a ser que uno de los fornidos kriptonianos vaya a recibir un puñetazo de una dama.

 

Con Condenado a la vuelta de la esquina es poco probable que veamos avances en este aspecto próximamente. Mientras tanto lo que a buen seguro no caerá es el carácter lúdico y aventurero de la serie.