Hulk #2 (#117)

Hulk #2 (#117): Y cuanto más acelero…

Hulk #2 (#117)«Los Vengadores. Me han encontrado«

 

El bueno de Daniel Lobato, jefazo máximo de esta santa casa de La Noche Americana, se leyó antes que un servidor el cómic de Panini que nos ocupa hoy y, cuando me lo entregó para su lectura y reseñado, me aconsejó tomármelo tan de coña como fuera capaz. Sólo así podría disfrutarlo. Y no podía tener más razón. Abandonada toda lógica tras el final de la etapa de Al Ewing al frente de las aventuras del gigante verde marvelita, sólo nos queda disfrutar de la etapa de Donny Cates como si de una montaña rusa delirante se tratase. Cualquier intento de pasar los dos primeros números de esta nueva era por el tamiz de la cordura nos harán arrojar estos cómics a un rincón para no volver a saber más de ellos. Y, conociendo al guionista al frente de esta mamarrachada, es probable que nos arrepintiéramos más adelante.

 

Pero es que es de traca: Hulk, en su forma física, convertido en una mezcla entre mecha orgánico (a lo Evangelion) y nave espacial chunga. La mente de un Bruce Banner ‘ligeramente’ desquiciado a los mandos de este musculoso vehículo. Y la mente del Hulk clásico (el de «Hulk Aplasta«, sin más dobleces ni personalidades) haciendo las veces de motor de la nave. Es decir: literalmente la ira de Hulk hace que el cuerpo del mismo avance por el espacio y las dimensiones, atravesando obstáculos, personas y naves espaciales como si fueran mantequilla por el camino en algunas de las escenas más sangrientamente gratuitas que se le recuerdan a la Casa de las Ideas.

 

«Esto es lo que pasa cuando haces un trato con el diablo«

 

Así es imposible tomarse esto en serio. Es una locura a la altura de los argumentos de las últimas películas de Fast & Furious. O a la altura de otras idas de pinza de este guionista, como el Motorista Fantasma Cósmico, sin ir más lejos. No sé a dónde nos quiere llevar Cates, pero el camino va a estar lleno de momentos que serían impensables en un cómic de esta editorial hace unos años (al menos sin que la etiqueta de MAX estuviera presente). Quizás gran parte de las razones detrás del sí de Marvel a esta locura estén en la propia etapa de Ewing, que rompió tantos esquemas que había números que pertenecían al terror más sórdido en lugar de a los cómics de superhéroes. Pero lo cierto es que, con Hulka acaparando las miradas gamma en la Tierra 616, al irradiado original se le está dando una libertad que puede dar lugar a grandes cosas… o a un terrible esperpento.

 

Hulk #2 (#117)

Hulk #2 (#117)

 

Sigue sin convencerme demasiado el giro de timón que le ha dado Cates a la cabecera, pero lo cierto es que, tratando de leerlo sin prejuicios, se puede disfrutar mucho con un Banner/Hulk tan desatado. Habrá que darle una oportunidad a este monstruo de Frankenstein de la psicología que pone a trabajar al yo, al ello y al superyo de los que nos hablaba Sigmund Freud (entre raya y raya) allá por el siglo XIX.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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