Lidiar con un evento cuando tus personajes no forman parte de la trama central siempre supone un quebradero de cabeza. Porque si son piezas centrales con dejarte llevar por los acontecimientos lo tienes hecho. Pero, como en el caso que nos ocupa, si no es así, ¿te subes al carro o pasas por el evento de forma tangencial y sigues con tus propias aventuras?

Con respecto a IvX estamos viendo un poco de todo. En La Imposible Patrulla-X, por ejemplo, somos testigos de tramas que transcurren en paralelo (pues en sus filas figura uno de los principales actores de la saga, Magneto), sin que por ello Cullen Bunn se olvide de sus propios argumentos. En Campeones por el contrario (que tienen a Ms. Marvel y Cíclope en sus filas) las referencias al enfrentamiento se resolvieron en un par de viñetas. ¿Y en La Nueva Patrulla-X?

Aquí Dennis Hopeless y Mark Bagley aprovechan las implicaciones del evento para explorar los sentimientos de sus jóvenes protagonistas. Desde la llegada de la pareja creativa a la colección editada en España por Panini Cómics su principal preocupación ha sido la de conocer a sus jóvenes héroes, siguiendo unos esquemas que acercan su historia al género del coming-of-age o las novelas de aprendizaje. Y eso es justo o que nos espera en estas dos entregas de la colección: La Nueva Patrulla-X #49 y La Nueva Patrulla-X #50.

La primera de las grapas se centra en Bobby Drake (el Hombre de Hielo) y en su relación con Romeo, un inhumano con el que ha iniciado un amorío de los que nos gustan: libre, sin complejos y muy tolerante. Claro, cuando prende la chispa de la guerra entre ambas «familias», cuales Capuletos y Montescos, nuestra particular Julieta debe dar un paso al frente. La sutileza no es el fuerte de Hopeless, evidentemente. Pero elabora un relato que combina con solvencia la faceta íntima de su personaje (asistimos a varias de las citas entre Bobby y Romeo) y la épica del conflicto (Bagley se luce especialmente en la doble spash-page que vemos casi al final del capítulo).

El segundo de los cuadernos, con una portada bastante aclaratoria, pone el foco en el joven Cíclope, que después de pasar algún tiempo con sus amigos vuelve a estar bajo la sombra de su contrapartida adulta y resurge esa lucha en su interior sobre el legado y el destino. Aquí Bagley hace un trabajo estupendo en una doble página en la que, a modo de flashback, el joven Scott Summers descubre lo que sucedió entre Medusa y su versión adulta.

Para quienes no sigáis al día las aventuras de los jóvenes mutantes pero sí estéis al tanto del evento, quizás el episodio dedicado a Bobby no os aporte demasiado, pero el de Cíclope sí resulta interesante de cara a matizar algunas de las escenas que vemos en la historia central, sobre todo en el cuarto capítulo.